Mansur, un estratega militar incapaz de unir a los talibanes

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KABUL. Los servicios de inteligencia afganos confirmaron hoy la muerte del líder talibán, el mulá Mansur, en un ataque con drones de Estados Unidos en territorio paquistaní, en una zona cercana a la frontera con Afganistán.

“El líder talibán, Ajtar Mansur, murió ayer en un ataque aéreo en la zona de Dalbandin, en Baluchistán, de Pakistán”, indicó a Efe Jamil Sultani, viceportavoz del Directorio de Seguridad Nacional (NDS), que emitió un comunicado al respecto.

El mulá Ajtar Mansur lideró a los talibanes menos de un año, periodo en el que logró expandir el poder insurgente en Afganistán, pero fue incapaz de superar las divisiones internas tras la muerte del mulá Omar.

Hasta entonces jefe militar y “número dos” de los talibanes, Mansur fue elegido líder de los insurgentes en julio de 2015 tras el anuncio del Gobierno afgano de la muerte del mulá Omar por enfermedad dos años antes en la ciudad paquistaní de Karachi.

Mansur escondió durante ese tiempo el fallecimiento del mulá Omar a los propios talibanes, a quienes transmitió mensajes supuestamente del líder tuerto, cuando en realidad él mismo dirigía a los insurgentes.

Su designación al frente del principal grupo insurgente afgano fue muy discutida dentro de las filas talibanas, en las que se han producido escisiones e incluso un enfrentamiento militar abierto entre los leales a Mansur y los liderados por el mulá Rasul.

Los talibanes han ido ganando terreno desde el final de la misión de combate de la OTAN en Afganistán a finales de 2014.

En diciembre del año pasado, el Gobierno afgano anunció que el líder talibán había resultado herido de gravedad en un enfrentamiento interno entre insurgentes en la ciudad paquistaní de Quetta, extremo rechazado por los talibanes.

Pese a esa pugna interna, los talibanes han ido ganando terreno desde el final de la misión de combate de la OTAN en Afganistán a finales de 2014, perpetrado ataques con enormes bajas e incluso llegaron a tomar la ciudad norteña de Kunduz durante unos días el año pasado, en la mayor victoria de los talibanes desde 2001.

El mulá Mansur se mostró en un principio partidario de las conversaciones de paz con el Gobierno afgano, pero después rechazó repetidamente la oferta de Afganistán, Estados Unidos, China y Pakistán a sentarse a la mesa de negociación y buscar una salida política al conflicto.

Nacido hace 48 años en un pueblo en la sureña provincia de Kandahar, Mansur recibió una educación religiosa en la mezquita local y abandonó los estudios cuando era un adolescente para unirse a la lucha contra los soviéticos en 1978, según una biografía difundida por los talibanes.

Tras el fin del conflicto afgano-soviético, se unió a los talibanes en la guerra civil entre diferentes grupos muyahidines que luchaban por hacerse por el control del país y durante un año fue prisionero de una facción rival.

Mansur fue nombrado ministro de Aviación cuando los talibanes tomaron Kabul y formaron Gobierno en 1996, cargo que ocupó hasta la invasión estadounidense que acabó con el régimen insurgente en 2001 por dar cobijo a Osama Bin Laden.

Con el mulá Omar en paradero desconocido, Mansur fue nombrado “mano derecha” del líder talibán en 2010, transmitiendo sus mensajes a los insurgentes.

El mulá Omar esquivó a las fuerzas estadounidenses durante 12 años, pero Mansur ha ocupado el puesto de líder talibán apenas durante 10 meses.

Estados Unidos anunció el ataque contra el líder talibán, pero no confirmó su muerte, mientras que Pakistán investiga lo ocurrido. Los talibanes guardan silencio acerca del destino de su líder.