Elecciones en EEUU sugieren que el país más poderoso del mundo no está muy interesado en el mundo

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Durante el siglo pasado, el territorio de EE.UU. sufrió un terrible ataque del extranjero en Pearl Harbor, y de nuevo en 9/11. En cada una de estas ocasiones, la respuesta estadounidense cambió el orden mundial. A esos agreguémosles algunas atrocidades terroristas menores, y el número total de muertos en suelo estadounidense resultante de las acciones generadas en el extranjero durante estos últimos 100 años se encuentra alrededor de menos de 6,000. La ciudad bosnia de Srebrenica perdió más personas en una sola masacre serbia en 1995.

EE.UU. habita una mansión cerrada en la urbanización más geopolíticamente segura. Incluso si el Ejército Rojo de Rusia hubiera invadido toda Europa occidental, la vida en Alabama u Ohio habría permanecido casi inalterada. Es un hecho revelador que cuando Donald Trump lanzó su campaña presidencial, tuvo que inventar un nuevo ‘monstruo’ extranjero: el violador mexicano. EE.UU es inmune al mundo de una manera en la que los partidarios británicos del “Brexit” sólo pueden soñar. Esto significa que la elección en EE.UU. probablemente les importa más a los extranjeros que a la mayoría de los estadounidenses. El presidente de EE.UU. tiene el poder de proteger al resto del mundo, causar estragos o simplemente ignorarnos.

Ningún país puede existir en un glorioso aislamiento, pero EE.UU. está bastante cerca de lograrlo. Mucho antes de esta campaña electoral, EE.UU. ya se estaba retirando de un mundo fastidioso. Barack Obama se ha pasado ocho años tratando de renunciar al papel de policía global. Sin embargo, como Xenia Wickett de Chatham House lo señala, él no se molestó en explicar su política y, por lo tanto, a menudo simplemente parecía ser débil. El Sr. Trump ofrece una grotesca caricatura del aislacionismo estadounidense, pero incluso suponiendo que Hillary Clinton ganara la presidencia, EE.UU. ya ha perdido su deseo de entrometerse en países lejanos de los que no sabe nada.

Para nosotros, los extranjeros, la irresponsabilidad de EE.UU. es más temible que su aislacionismo. Esto también es un lujo que sólo un país extraordinariamente seguro puede permitirse. El Sr. Trump es tan ignorante y tan guiado por sus impulsos que en una encuesta de la Lincoln Leadership Initiative, sus propios partidarios opinaron que existía un 22 por ciento de posibilidades de que él comenzara una guerra nuclear. Sin embargo, a sólo seis semanas de la elección, él tenía un 50:50 de posibilidad de convertirse en presidente. Y puede que todavía gane.

La asombrosa candidatura del Sr. Trump probablemente sólo pudiera ocurrir en un país que se sintiera lo suficientemente seguro como para subsumir su política en la televisión de entretenimiento y en la guerra cultural. Europa también produce populistas xenófobos, pero tienden a ser populistas xenófobos mejor informados como Marine Le Pen y Geert Wilders. Y lo que es más, ellos no pueden destruir el mundo.

“El extranjero” no parece ser importante para la mayoría de los votantes de EE.UU., sin embargo es el único lugar donde sus presidentes pueden tener un impacto significativo. A nivel nacional, al presidente generalmente lo bloquea el Congreso. El iPhone probablemente hizo más que el Sr. Obama para cambiar la mayoría de las vidas de los estadounidenses.

Pero si un presidente estadounidense repentinamente siente el deseo de transformar un país extranjero, puede hacerlo. Por lo tanto, los extranjeros oscilan entre dos temores acerca de EE.UU.: ya sea que nos va a hacer daño o, a veces, como en la actualidad, que nos va a olvidar.

Actualmente, Europa es un buen vecindario pero, en comparación con EE.UU., sigue estando incómodamente cerca de la acción. Un ministro de Asuntos Exteriores francés en una ocasión utilizó una inusual conversación privada en la parte trasera de una limusina con su presidente, Jacques Chirac, para preguntarle por qué era siempre tan amigable con Rusia. “Porque”, según le dijo el Sr. Chirac, “cuando miro el mapa de Europa, veo un montón de pequeños y lindos países, y justo al lado de ellos, está este oso gigantesco. Así es que soy amable con el oso”. En el sureste de Europa se encuentra un violento gueto con disparos las 24 horas del día, mientras que al sur hay personas que se mueren de hambre.

Y como lo ha expresado el actual presidente francés François Hollande, “EE.UU. les va a pedir a los europeos que se autodefiendan”. Eso representa un problema, ya que la simple creación de nuestro propio ‘comité de vigilancia de la comunidad’ probablemente siempre estará más allá de nuestra capacidad. El Reino Unido ahora se encuentra consumido con el “Brexit” (por lo cual es aún menos útil como aliado de EE.UU.); el ejército francés está ocupado patrullando las calles francesas; y, en términos militares, los otros países europeos son lo que los franceses despectivamente llaman “vegetarianos”. La mayoría de la acción europea en el extranjero está actualmente dirigida por Angela Merkel. Aunque los estadounidenses e incluso los alemanes están gastando mucha energía tratando de averiguar en qué tipo de poder se está convirtiendo Alemania, sin duda no será un ‘poder duro’.

Vladimir Putin acaba de enviar armas nucleares a Kaliningrado, entre Polonia y Lituania. Toda Europa corre el riesgo de acabar en donde Europa del Este solía estar: dentro de la esfera de influencia de Rusia. Aun así, eso pudiera no resultar ser desastroso. “Putin no es estúpido”, aseguró Daniel Keohane del Centro de Estudios de la Seguridad de Zúrich. “No estoy seguro de que esté interesado en tener una guerra real con un Estado miembro de la OTAN”. El Sr. Putin probablemente prefiere simplemente ser problemático, piensa el Sr. Keohane. Las peores consecuencias del aislamiento estadounidense, por lo tanto, recaerían en el Medio Oriente: ¿Qué sucedería allí si EE.UU. ya no mantuviera el delicado equilibrio entre Irán y Arabia Saudita?

Pase lo que pase, es probable que no se sienta en las calles estadounidenses. Como lo demuestra esta elección, el país más poderoso del mundo no está muy interesado en el mundo.