Crisis familiar y educativa, caldo de cultivo para que los jóvenes entren al mundo del crimen

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SANTO DOMINGO. La pérdida de los valores morales inculcados en la familia, la falta de educación, la desigualdad social y la desintegración familiar se han convertido en caldos de cultivo para que la mayoría de los crímenes estén siendo cometidos por jóvenes que no llegan a los 30 años de edad.

En una evaluación de casos ocurridos desde el 21 de agosto del año pasado, 16 jóvenes de entre 19 y 29 años han estado involucrados en atracos y asesinatos.

El fraccionamiento de la institución familiar, manifestada principalmente en la ausencia de uno o ambos padres durante la niñez y adolescencia, así como debilidades en el Sistema Educativo del país son considerados tierra fértil para la germinación de hombres y mujeres infractores de la Ley.

El sociólogo Celedonio Jiménez considera que “si bien es cierto que en el país se ha aumentado el presupuesto para la educación pre universitaria y se percibe hoy el cuatro por ciento , debemos entender que hubo un largo período donde la escuela dominicana era verdaderamente deprimente” consideró el profesional de la conducta social.

Pese al diseño y ejecución de diversos planes preventivos y represivos puestos en marcha por las autoridades dominicanas, con el objetivo de reducir los niveles de inseguridad ciudadana, persiste la frecuente ocurrencia de robos y asaltos, cometidos principalmente por los llamados “nini”, concepto que define a los jóvenes con edad comprendida entre los 14 y los 29 años que no estudian ni trabajan y de acuerdo a Jiménez son los más propensos a delinquir.

Jiménez señala como circunstancias a considerar, en el involucramiento de jóvenes en actividades delictivas, el pluriempleo de los padres, así como la inmigración desde las zonas rurales hasta las urbanas en búsqueda de mejores oportunidades de escalar socialmente.

Otro punto es la falta de ejemplos positivos de quienes representan la autoridad y la inclinación a valorizar en forma desmedida desmedida los recursos económicos, al punto de buscar obtenerlos a cualquier costo, entre otros incidentales del problema.

La situación se agrava cuando muchos de los intentos de robo, ejecutados con armas blancas y de fuego, terminan en el asesinato de las personas que son víctimas de los mismos, por diversas circunstancias que ocurren al momento de ser sorprendidos por sus agresores.