Tras una semana en el poder, Macri se juega por apertura económica pero sin luna de miel

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BUENOS AIRES. En su primer semana en la presidencia Mauricio Macri dio un vuelco a la economía con medidas aperturistas que borran de un plumazo el proteccionismo de la era Kirchner, pero se encienden las alarmas por inflación y salarios en una Argentina dividida.

En siete días eliminó las restricciones cambiarias impuestas hace cuatro años, provocó la devaluación en casi 30% del peso, puso fin a los impuestos del sector agroindustrial, designó por decreto a dos jueces y sufrió una masiva marcha contra su gobierno de derecha liberal. En Argentina no hubo luna de miel.

En el plano económico estas medidas de shock para una moneda sobreapreciada durante mucho tiempo, fueron tomadas para beneplácito de los mercados, el campo, los exportadores generando un clima favorable para la tercera economía de América Latina.

“Hay un clima de distensión más allá del contexto crítico de la economía. A una semana de gobierno, el saldo es muy positivo”, dijo a la AFP el analista político y sociólogo Gustavo Córdoba.

Pero Córdoba advirtió que “hay que ver qué medidas toma el gobierno para evitar la licuación de los salarios y el impacto en los sectores más relegados”, en un país que lo eligió como presidente con el 51% de los votos hace menos de un mes.

Luego de una marcha que el jueves congregó a decenas de miles de manifestantes contra Macri, quedó evidente que la polarización es un gran desafío, considerando que el Congreso está controlado por la oposición kirchnerista.

“Se pasó de un modelo de distribución a uno de acumulación”, resumió a la AFP estos siete días el analista Raúl Aragón.

Según el analista, “se requiere tiempo y paciencia de todos los sectores. Si no hay un acuerdo social es muy difícil que el modelo funcione”, advirtió Aragón, al sostener que “el alza del dólar y de las tasas de interés producirán un impacto inflacionario tremendo”.

– Sigilosos pero sin histerias -No hubo corridas ni histerias en la ‘city’ porteña pese a que la depreciación de 30% fue mayor a la 2002 cuando se puso fin a la paridad cambiaria vigente entre 1991 y 2001 en medio de una crisis económica y social sin precedentes.

En el segundo día con el dólar liberado, la divisa cerró el viernes en 13,60 pesos, recortando ligeramente la devaluación por casi 30% del jueves.

Los argentinos están autorizados ahora a comprar hasta dos millones de dólares por mes, pero el Banco Central fijó en 500 dólares mensuales el límite máximo para comprar en efectivo sin bancarizar.

El economista Marcos Lavagna, de la consultora Ecolatina, destacó “como bueno que no haya habido una desesperación por el dólar”, una verdadera obsesión de los argentinos.

Al término de la primera jornada con dólar libre, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gray dijo que estaba “muy tranquilos. Hubo más vendedores que compradores”, indicó.

El gobierno de Macri espera el ingreso de entre 15.000 a 25.000 millones de dólares en las próximas cuatro semanas para reforzar las alicaídas reservas, que rondan los 24.000 millones de dólares.

Tras la eliminación de los impuestos a las exportaciones de cereales y carnes, y la reducción del 35 al 30% en la soja, las cerealeras se comprometieron a liquidar 400 millones de dólares por día en tres semanas.

– Inflación y salarios -Economistas pronostican un difícil primer semestre de 2016. Se estima que en diciembre el alza de precios se ubicará entre 3,5 y 4%, en un país con inflación de 30% anual.

Además, el salario mínimo de 5.588 pesos que equivalía hasta el miércoles a 568 dólares, hoy es de 400 dólares.

Sindicalistas reclamaron al gobierno el pago de un bono de fin de año que compense la pérdida del poder adquisitivo del salario, por la devaluación y la espiral inflacionaria.

Para tranquilizar los ánimos, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, aseguró que “la prioridad pasa por cuidar el bolsillo de los trabajadores”.

“Es un momento difícil que hay que pasar”, dijo el economista Orlando Ferreres e instó a los empresarios “a moderar la suba de precios porque este gobierno está visto como el gobierno de ellos”.

Según Aragón, el problema es que “Macri no entiende nada de política. El cree que gobernar es administrar bien, pero eso es solo una parte”, señaló.

Según el sociólogo, con la designación de los jueces de la Corte sin pasar por el Senado “quiso mostrar un gesto de fuerza pero al tener que dar marcha atrás, terminó siendo un gesto de debilidad”.

Ante el amplio rechazo al decreto para ocupar las vacantes de la corte, Macri dio marcha atrás y cumplirá el paso constitucional. “Estoy abierto a corregir lo que haya que corregir”, aseguró el viernes.