Traición Política en las Elecciones del 2016

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El término Política, se refiere a la actividad orientada en forma ideológica a la toma de decisiones de un grupo para alcanzar ciertos objetivos. Viene del latín politicus y del griego antiguo, es una rama de la moral que se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por personas libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva.

Por otro lado está la traición, que en términos legales, consiste en una conducta desleal hacia la persona o la Nación con la cual se está como sujeto obligado a la lealtad, y que puede desenlazar en delito o crimen, y donde cada Estado soberano tiene el deber de determina sí los actos cometidos por el traidor, tienen trascendencia de delito, crimen o simple traición, sea a su función administrativa o a la Patria en general.

Se ha dicho con anterioridad, que la patria es un concepto abstracto que se forma en el sentir de cada ciudadano en particular y que se muestra en el buen comportamiento social, pero este sentir en la mayoría de ocasiones nace fruto de la influencia de los grupos activos legitimados para hacer política, como los Partidos  y Movimientos políticos reconocidos.

Los actos de traición más comunes en materia política, son aquellos dirigidos a fortalecer riquezas y poder personal de los directivos de grupos políticos, que lo llevan a renegar de los mismos, sólo con el objeto de beneficiarse de manera personal  y momentánea.

Un conjunto de personas realizan diligencias diarias para que, la Junta Central Electoral, órgano oficial dominicano de elecciones, les reconozca movimientos y agrupaciones políticas, que luego le denominan partidos, sólo con el objeto de seguir participando en la traición de los ideales patrióticos, la venta al mejor postor, y la proclamación de candidatos como si fueran dioses políticos, pero que en definitiva, son los que más daño le han causado al país. Estos son los mismos que han hecho causa común con los males permanentes de la nación.

Sólo resta observar el comportamiento del PRSC, cuyos integrantes se niegan a ser desplazados y todos los días sale de ahí un nuevo directorio presidencial (DPR), un nuevo Partido Político como el PLR, de Amable Aristy Castro y una venta masiva de conciencia que da lástima y vergüenza. Otro caso es el fallecido PRD, que fue secuestrado, con el apoyo del Tribunal Superior Electoral (TSE), y en violación a los estatutos y reglamentos de esa institución y la Constitución Dominicana, y qué decir del PRI, que se dividió en dos, entre otros ejemplos.

Lo cierto que no deja duda es, que el periodo electoral 2016-2020, pasará a la historia como el más influido por la traición política, donde no se ha quedado casi nada que no lo hayan comprado o que se haya vendido, donde la traición sea tan a la clara y la Patria salga tan lesionada, iniciando por el Congreso dominicano, que ahí fue que inicio la fiesta, con la aprobación de la reforma constitucional, para restablecer la reelección presidencial, en favor del candidato del PLD Danilo Medina Sánchez.

Terminada las elecciones correspondiente a este año 2016, es función de la Procuraduría General de la República y sabemos que no lo hará, iniciar una investigación sin precedente en la República Dominicana, tendente a determinar si el derroche oportunismo, traición política, y compra de conciencia, fue un simple delito o llegó a convertirse en crimen, para someter de manera masiva a sus autores y cómplices, para que en la mazmorra más oscura paguen el mal causado a la nación con su traición.