Talento y formación son las bases del trabajo en la Liga Quique Cruz

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SANTO DOMINGO. La práctica del béisbol es la esencia lógica de la Liga Deportiva Enrique Cruz. Al fin y al cabo, para eso los padres llevan a sus niños. Pero cuando salen de allí de 16 años o poco más, no es sólo eso lo que exhibirán en la sociedad, sino también formación personal.

Esa es la filosofía de la Liga Quique Cruz, que exhibe logros con sus atletas, tanto en el campo del béisbol como el académico.

Además de que varios jugadores han sido firmados para el béisbol organizado de las Grandes Ligas, alrededor de unos 45 peloteros han sido insertados en las diferentes universidades de Estados Unidos. “O firman o se van de aquí a estudiar”, expresó Enrique Cruz, fundador de esta liga surgida en 1985.

Como resultado, algunos se han topado con la fortuna de ser escogido en el draft de Grandes Ligas, alcanzado su sueño de jugar béisbol a ese nivel; el resto ha terminado sus estudios dedicándose en varios casos a “scouts” de distintos equipos de las Mayores en el país y otros incluso están en las oficinas de la Major League Baseball. Todos surgidos de la Quique Cruz.

“Sin ningún temor, somos la Liga con más jugadores becados en Estados Unidos”, sostuvo Cruz.

Los mejores ejemplos de jugadores drafteados para las GL; son José Bautista, el más clásico; Ricardo Nanita y José Leger, escogido incluso mejor dirigente de ligas menores en Clase A.

La Liga también ha visto crecer su número de jugadores firmados, como el jardinero Carlos Taveras, firmado por los Padres de San Diego y un bono de US$30 mil; Orlando Cedeño (lanzador derecho/Indios de Cleveland/US$100 mil); Wadye Ynfante (jardinero/Cardenales de San Luis/US$125 mil) y Cristopher Madera (jardinero/Medias Rojas de Boston), y el más abultado Henry Pujols (antesalista/Indios de Cleveland/US$625 mil).

“Es una satisfacción extraordinaria y orgullo el haber influido positivamente en estos jóvenes”, dijo Cruz. “Entre becados y firmados ya van 66”, dijo su esposa Elvira Rodríguez de Cruz.