Se deben invertir más de 8,000 millones de dólares en la naturaleza antes del 2030

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Para abordar con éxito las crisis interrelacionadas del clima, la pérdida de biodiversidad y la degradación de la tierra, se requiere invertir US$ 8,1 billones en la naturaleza entre ahora y 2050, y garantizar que la inversión anual alcance los US$ 536.000 millones para 2050, según el informe sobre el Estado de las Finanzas para la Naturaleza.

El estudio encuentra que las inversiones anuales en soluciones basadas en la naturaleza deberán triplicarse para 2030 y multiplicarse por cuatro para 2050, a partir de la inversión en soluciones basadas en la naturaleza de US$ 133.000 millones de 2018.

Los autores del informe, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Foro Económico Mundial (WEF) y la Iniciativa de la Economía de la Degradación de la Tierra (ELD) de la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) en colaboración con Vivid Economics, instan a los gobiernos, las instituciones financieras y las empresas a superar esta brecha de inversión colocando a la naturaleza en el centro de la toma de decisiones económicas en el futuro.  Enfatizan la necesidad de acelerar los flujos de capital hacia soluciones basadas en la naturaleza y hacer de la naturaleza un elemento central en la toma de decisiones del sector público y privado relacionadas con los desafíos sociales, incluida la lucha contra las crisis climática y de biodiversidad.

 

Aprovechar el potencial de las soluciones basadas en la naturaleza para cerrar la brecha financiera para 2050

Para poder cerrar la brecha financiera de 4,1 billones de dólares entre ahora y 2050 se necesitan transformaciones estructurales. Esto puede lograrse reconstruyendo de manera más sostenible después de la pandemia COVID-19, pero también desviando los subsidios dañinos a la agricultura y los combustibles fósiles y creando otros incentivos económicos y regulatorios.

Invertir en la naturaleza apoya la salud humana, animal y planetaria, mejora la calidad de vida y crea empleos. Sin embargo, la naturaleza actualmente solo representa 2,5% del gasto en estímulos económicos proyectado a raíz de la COVID-19. El capital privado también tendrá que ampliarse drásticamente para cerrar la brecha de inversión. El desarrollo y la ampliación de los flujos de ingresos de los servicios de los ecosistemas y el uso de modelos financieros combinados como medio para atraer capital privado se encuentran entre el conjunto de soluciones necesarias para que esto suceda, lo que también requiere que las entidades del sector privado compartan los riesgos.

“La pérdida de biodiversidad ya le está costando a la economía global 10% de su producción cada año. Si no financiamos suficientemente las soluciones basadas en la naturaleza, se afectará la capacidad de los países para avanzar en otras áreas vitales como la educación, la salud y el empleo. Si no salvamos a la naturaleza ahora, no podremos lograr el desarrollo sostenible”, dijo la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.

“El informe es una llamada de atención para que los gobiernos, las instituciones financieras y las empresas inviertan en la naturaleza, incluida la reforestación, la agricultura regenerativa y la restauración de nuestros océanos”, agregó Andersen, y añadió que los países y los líderes de la industria tendrán la oportunidad de hacerlo en las próximas cumbres relacionadas con el clima, la biodiversidad, la degradación de la tierra y los sistemas alimentarios, y en el contexto del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030.