Redes y app rastrean a los desamparados en Nueva York

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NUEVA YORK. En una aplicación se ve un mapa de la ciudad de Nueva York con alfileres que indican la localización de desamparados, junto con fotos de personas acurrucadas en umbrales o sentadas en el borde de las aceras con carritos de compras repletos de bolsas. Las etiquetas electrónicas los caracterizan: “NecesitaAyudaMédica”, “MendigoAgresivo”, “Violento”.

En una página similar en Facebook, los residentes de un vecindario de Manhattan comparten fotografías y quejas de gente que vive en las calles, algunos semidesnudos. Un cibersitio creado por un sindicato policial muestra fotos de los desamparados y les advierte “¡Los estamos vigilando!”

En un año de ansiedad y frustración por la presencia de mendigos en la mayor ciudad de la nación, los defensores de los desamparados consideran la intrusión de las redes sociales más como un acoso que una ayuda. Los organizadores dicen que solo ilustran un problema social acuciante para reclamar una solución a la municipalidad.

La policía de Nueva York tiene la mayor población de desamparados que cualquier otra ciudad estadounidense, según estadísticas federales. El martes por la noche había más de 57.700 desamparados en refugios, un aumento del 13% respecto de la misma noche de hace dos años y posiblemente otros miles en las calles.

Mientras la presencia de desamparados ha declinado en los últimos años, ha aumentado en algunos sitios a medida que los alquileres subían y los ingresos bajaban, entre otros factores. Los Ángeles y Hawaii declararon este otoño que el problema había alcanzado el nivel de emergencia.

El sistema 311 de quejas en la ciudad ha recibido más del doble de denuncias de desamparados en los primeros 10 meses de este año que durante el mismo período del año pasado y la policía ha registrado el doble de encuentros con personas que no quieren ir a los refugios.

El censo de desamparados en las calles de Nueva York, en febrero, halló unas 3.200 personas, un 5% menos en un año, pero los defensores de aquellos cuestionan la veracidad de las cifras y otras estadísticas insinúan que la presencia de desamparados en las calles es por lo menos más visible.