El pasado sábado, el director de Información y Prensa de la Presidencia de la República Dominicana, Daniel García Archibald, encabezó un encuentro con periodistas, comunicadores, blogueros, pagineros, locutores, radiodifusores, productores de programas y demás hierbas aromáticas convocadas por el Departamento de Prensa del Consulado General Dominicana en Nueva York.
Fuimos invitado de manera cordial y formal por el amigo y colega Erasmo Chalas, quien nos habló de «un compartir» con el jefe de prensa del gobierno. Por suerte, no estuve, porque tenía una sospecha que resultó cierta.
Según supe, a uno de los invitados le dijeron que no tenía que llevar cámara porque no se iba a grabar ni a tomar fotos. Se le olvidó a los organizadores, o a quien fuera que se le ocurrió, que los celulares modernos hacen el trabajo que puede necesitar un periodista o comunicador. Quizás estaban evitando que se filtrara un exabrupto de Archibald y que el plan maquinado se saliera del guión.
Resulta que en la visita a la Ciudad de Nueva York que hizo el síndico de Santiago y aspirante presidencial del PLD, Abel Martínez, el movimiento llamado «Accion Rapida» se la puso difícil al edil con protestas en las que no pararon de vociarle «ladrón» y cuantos improperios les vino a la mente.
A propósito de la visita a Nueva York del presidente Abinader, el Gobierno no quiere tomarse el chance de que le hagan lo mismo que a Abel. Talvés por ese temor el amigo Archibald vino de avanzada a «embobar» a quienes hacemos vida periodística y que la carga no sea tan pesada para el primer mandatario.
Advertimos al buen amigo Archibald que ese movimiento «no coge corte» y dice que a todos los que vengan a vender sueños o que hayan metido la pata le harán lo mismo que a Abel.
Archibald conoce eso y decidió venir antes a «allanar el terreno» con promesas que todos saben quedarán en el aire, ya que no es la primera vez que nuestros gobiernos se valen de esa artimaña para que los medios se hagan de la vista gorda ante cualquier indicio de protesta que genere la visita de un presidente o funcionario que merezca tal desagravio.
Sentí pena y verguenza ajena al ver como colegas veteranos aplaudían al mandamás de la prensa del gobierno, cómo jugó con su inteligencia.
Esos colegas tampoco se dieron cuenta de algunos yerros cometidos por Archibald, quien dejó ver que no todos califican a su ofrecimiento. Busquen el video en Youtube.