El Senado Dominicano, es un órgano del Poder Legislativo tan desacreditado, que sus propios miembros han confesado que a veces que aprueban los proyecto de ley sin leerlo, algunos para evitar la fatiga y otros porque no saben leer muy bien, ni mucho. Eso es una desgracia sin fin de aumento de salarios, pues para eso si están prestos y rápidos para cobrar cuarto que muchos no se ganan.
Esos señores ahora alegan que no cederán sus prerrogativas a la oposición dominicana, ni a la sociedad civil, para consensuar la designación de los miembros titulares de la Junta Central Electoral (JCE), pues según ellos la constitución dominicana le atribuyo esa función.
No existe duda de que ciertamente la constitución dominicana le atribuye esa función al senado, o sea la designación de esos miembros de la JCE, sin embargo, tampoco existe duda del fraude electoral de las pasadas elecciones del 2016, que ha puesto en la cuerda floja a la nación y que el gran beneficiado fue el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que tiene casi la totalidad de la matricula de los senadores que conforman ese senado adverso a la legitimidad política.
La negativa de designar personas imparciales en ese órgano electoral tan desacreditado y prejuicioso para la oposición política, radica en que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), enfila los cañones para un nuevo fraude electoral en las elecciones del 2020 y quieren ganar a la fuerza, creyendo que los dominicanos, son pendejos, y cobardes, pues como ya se dio un fraude y no paso nada, otro tampoco hace daño.
Diariodespertar.com, entiende que esas vistas que realiza el senado para evaluar los aspirantes a ser miembros de la JCE, es otra de las burla del senado y del PLD, pues ahí se hace lo que diga el comité político del PLD, y algo de lo que ordene Miguel Vargas Maldonado encargado de la tumba del fallecido PRD ingrato, comprado por el PLD. Además es notorio que ya aumentaron el plazo de inscripción de los candidatos y ahí, en el plazo otorgado meterán los nuevos encargados del fraude del 2020, que puede salir tan caro y peligroso como esos inquilinos del destino perverso no piensan.
