Moradores de barrios en Santo Domingo, preocupados por alto flujo de bandas criminales.

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Bajo resolución, y lanzamientos de seguridad para los ciudadano y pesar de tanto esfuerzos e iniciativas gubernamentales, las pandillas  antisociales se desbordan en los sectores del pais a tiempo completo.

En estos últimos meses la sociedad dominicana está viviendo momentos de intranquilidad, miedo y angustias, generados por la delincuencia en los  barrios de Santo Domingo.

Los barrios marginales están asediados por bandas criminales que preocupan continuamente las calles hasta llegar a las casas de los residentes atemorizados.

Los Citadinos de los principales sectores del Gran Santo Domingo, están al grito, desesperados pidiendo a las autoridades presencia policiales en el área. Demarcaciones como La Guayiga, Los Guandules, Gualey, Los Alcarrizos entre otros, ya no resisten un altercado, ni una vida perdida más. 

Sin embargo, ante toda esta criminalidad en los barrios, algunos moradores la denominan, estos actos delictivos no son exclusivos de estos tiempos, sino que desde hace años han tenido presencia en la compleja lista de precariedades en los sectores de Santo Domingo.

En las ultimas décadas pasadas, ya visualizaban reportes periodísticos exponiendo como la delincuencia superaba la capacidad preventiva de los organismos de seguridad, cuando bandas juveniles imponían la drogadicción, las violencias, atracos y el derramamiento de sangre, en algunas ocasiones son la complicidad de agentes policiales.  

La rebeldía de jóvenes descarriados en esas épocas ocasionó la creación de «naciones», encabezadas y permeadas por narcotraficantes, quienes se lucraban de las desgracias ajenas y, a su vez, conformaban un escuadrón militar para defender sus intereses

Criminales de las pandillas o denominadas bandas, que conforman el estrago social, también se agregaron jóvenes que no padecían calamidades económicas . Estos, obteniendo por arduo trabajo de sus padres toda las necesidades básicas resueltas, convivían y participaban en la organización de actos criminales, un repudio para la sociedad.