Los choques políticos que definirán 2016

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Al juzgar las previsiones sobre el año 2016, tenga cuidado con el “sesgo de continuidad”. Ésta es la tentación de suponer que este año va a ser un poco más como el año pasado. De hecho, la historia política reciente sugiere que los eventos que definen a un año tienden a ser las grandes sorpresas y discontinuidades repentinas (los llamaremos “desconocidos desconocidos”).

A principios de 2014, ningún experto que yo conozca predecía que Rusia anexaría Crimea o que un grupo yihadista llamado ISIS capturaría Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak. Y, no recuerdo que a inicios de 2015 muchos predijeran que más de 1 millón de refugiados llegarían a Alemania ese año, o previeran la improbable popularidad de Donald Trump en EEUU.

Esto sugiere que los acontecimientos geopolíticos más importantes de 2016 también serán hechos que los expertos y políticos aún no están discutiendo. Predecir lo impredecible es un juego de tontos; pero tengo la intención de jugar, no obstante. El mejor enfoque, creo, es la búsqueda de las discontinuidades potenciales en lugar del “más de lo mismo”.

El mejor lugar para buscar una sorpresa repentina en 2016 podría ser China. Una de las claves del éxito de China en los últimos 25 años es que el gobierno ha logrado mantener la economía emocionante y la política aburrida. Eso podría cambiar este año. La campaña anticorrupción del presidente Xi Jinping ha involucrado a algunas de las personas más poderosas y ricas en China: generales de alto rango, el jefe de servicios de seguridad interna, multimillonarios, presidentes ejecutivos, personalidades de la televisión.

Esto ha acontecido en el contexto de una economía en desaceleración, una ofensiva contra la libertad de expresión y la ansiedad pública generalizada acerca de la contaminación y los accidentes industriales. Debajo de la fachada de tranquilidad exterior de la política china, la posibilidad de una reacción violenta — ya sea por parte del público o de algunos de los grupos amenazados por la campaña contra la corrupción — es sin duda cada vez mayor.

Por supuesto, la apuesta segura es que el presidente Xi mantendrá su puesto el año que viene. Pero si la posición del líder chino se ve amenazada este año, los expertos rápidamente explicarán, en retrospectiva, por qué era obvio que sucedería.

En 2016, la elección de Hillary Clinton como presidente de EEUU representaría la continuidad. Es una candidata conocida, favorecida por el establecimiento estadounidense, bien financiada y lidera las encuestas. El “sesgo de continuidad” también lleva a casi todos los expertos a descartar las posibilidades presidenciales del Sr. Trump. La historia sugiere que los candidatos como el Sr. Trump finalmente siempre se estrellan y se queman.

Pero estos análisis implican descontar la posibilidad de que la popularidad del Sr. Trump es un síntoma de que algo fundamental está cambiando en EEUU. Soy bastante criatura de establecimiento, por lo que encuentro muy difícil pensar que el Sr. Trump ganaría la presidencia en sí. Pero no descarto las encuestas que sugieren que él es el favorito para ser el candidato republicano. Eso, en sí mismo, sería un terremoto político.

La gran discontinuidad en Europa este año sería si Gran Bretaña desafiara la sabiduría convencional y votara a favor de abandonar la Unión Europa. Los corredores de apuestas todavía asignan probabilidades al “Brexit” de alrededor de uno de cada tres, y ellos son un grupo poco sentimental. Pero frente a esto, el contexto económico y político de un referéndum británico en Europa es claramente poco prometedor.

La UE es difícil de vender en este momento. Tiene problemas económicos. Está dividida políticamente y no puede ponerse de acuerdo sobre una estrategia para hacer frente a los refugiados e inmigrantes que han llegado a Europa. Eso juega directamente al tema más políticamente potente de los partidarios de un Brexit: la inmigración.

Una gran cantidad de los pronósticos políticos sobre Europa fuera del Reino Unido también se basan en la suposición de que la UE va a encontrar una estrategia eficaz para la crisis de refugiados durante el próximo año. Pero esto parece una ilusión.

Los factores objetivos que conducen los flujos de refugiados — la guerra en el Medio Oriente, la esperanza de una vida mejor en Europa, los beneficios involucrados en el contrabando de personas — todavía existirán en 2016. Si los flujos de refugiados continúan a los niveles actuales o incluso se intensifican en 2016, los efectos políticos sobre la UE podrían ser muy graves, amenazando la posición de la canciller Angela Merkel en Berlín e incrementando las profundas divisiones entre Alemania y sus socios europeos.

¿Hay algo que podría salir inesperadamente bien en el año 2016? Absolutamente. Una fuerte posibilidad es que ISIS sufrirá graves reveses militares en el transcurso de los próximos 12 meses, por lo menos en Irak y Siria.

El horror provocado por el ataque terrorista en París en noviembre sirvió para disfrazar el hecho de que los yihadistas en realidad habían estado perdiendo territorios en las últimas semanas y meses. El ejército iraquí, respaldado por los ataques aéreos occidentales, recientemente logró retomar Ramadi. En 2016 se obtendrán nuevas victorias e incluso podría retomar Mosul.

La mala noticia, sin embargo, es que si ISIS pierde terreno en su centro, tendrá más incentivos para desplegar ataques terroristas en Europa. Durante los primeros días de 2016 ya se han visto alertas en Múnich y Ámsterdam. La amenaza del terrorismo es, por desgracia, un área en la que creo que es seguro apostar por la continuidad en el próximo año.