Infección de oído, muy común en niños

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SANTO DOMINGO. La otitis media o infección en el oído medio es tan común que el 95 por ciento de los niños antes de llegar a los cinco años han sufrido alguna vez esa afección, que puede ocurrir en el oído medio o en el exterior.

El otorrinolaringólogo Luis Felipe Encarnación, pasado presidente de la Sociedad Dominicana de Otorrinolaringología, describe la otitis como una infección que causa dolor, secreción de líquidos y hasta cambios en la audición del niño que puede ser transitoria o permanente.

El doctor Encarnación, al exponer en una conferencia de la Sociedad Dominicana de Pediatría, expresa que las otitis puede suceder tanto en el oído externo, que es el más cercano a la oreja, como en el oído medio, que se encuentra en la zona central, más cercana a la nariz.

Las causas más comunes de infección en el oído son el agua y los procesos gripales; las infecciones causadas por el agua, visitas a balnearios, piscinas, playas y hasta la ducha, por lo regular se concentran en el oído exterior, los padres podrían reconocer fácilmente cual tipo de infección afecta a su bebé.

“Los pacientitos casi nunca pueden expresar síntomas, porque no saben hablar, pero los padres llegan a la consulta con la queja de que el niño no duerme, se queja de dolor y está irritable, expresa el otorrinolaringólogo presidente de SOMNIA, clínica del sueño.

En su presentación, parte del programa de educación continuada de la Sociedad Dominicana de Pediatría, Encarnación describe que si al momento de hacer presión en las orejas del niño o niña, halándole las orejas o presionando el cartílago que se encuentra en la parte frontal, el infante expresa dolor, entonces se trata de una infección externa, más cercana a la oreja.

Dice que si, por el contrario, el niño no expresa ninguna molestia al hacerle esa presión, puede tratarse de infección del oído medio, causado regularmente por procesos gripales que dejan ese tipo de secuela.

Explica que la otitis media puede ser de tres tipos: aguda, que aparece repentinamente y se va con el primer tratamiento; espontánea; recurrente, que reaparece a pesar de las terapias; y serosa, que produce secreciones que al acumularse dentro de la cavidad del oído, causa presión en el tímpano, alterando así la capacidad de audición.

La alteración de la audición puede ser transitoria, es decir que después de tratarse y curarse la infección, el niño vuelve a tener la capacidad auditiva de antes de la afección. Sin embargo, advierte que los padres no deben descuidar tal situación, ya que existen ocasiones en que el daño al tímpano es irreversible.

Hace un llamado a los padres a acudir al pediatra ante esas señales, y advierte que las infecciones en el oído son cosa seria, que pueden traer complicaciones, aunque poco comunes pero reales, como perforaciones residuales, colesteatoma, destrucción de la membrana del oído, parálisis faciales, meningitis y encefalitis.

En la conferencia “Controversias de la otitis media”, expuesta en la Casa Nacional de Pediatría, se plantea que el diagnóstico de la infección se realiza con el timpanómetro, usando la técnica de utoscopía neumática, que consiste en inflar con aire el conducto auditivo externo para evaluar las enfermedades de oído medio.

El estudio es rápido, sólo minutos, puede realizarse en la consulta del pediatra, si este cuenta con los instrumentos, y no debe causar más dolor que el que ya tiene el paciente por la infección.

Hace un llamado a los padres a no medicar a sus hijos sin explícita guía del pediatra y su supervisión, ya que el uso descontrolado de antibióticos, gotas y remedios caseros pueden mejorar en cierta medida el dolor, pero no corregirán la afección.

“Problema de la resistencia bacteriana es producto precisamente del abuso de antibióticos, usados sin prescripción y en ocasiones hasta sin necesidad”, afirma el experto y llama a los padres a visitar el pediatra antes de iniciar cualquier proceso terapéutico.

Sobre las gotas de aceite de orégano poleo, un remedio conocido popularmente, expresa que la presencia de ese aceite vegetal, a la hora de que el médico examina al niño, tiene la misma apariencia de un hongo que a veces se desarrolla en el oído, estorbando así un diagnóstico eficaz y un tratamiento certero.