Provistas de cuchillos, conocimiento de su presa y una gran dosis de crueldad, gente desconocida mutila caballos en prados en Francia, en actos que podrían ser rituales.
La policía está desconcertada por los ataques macabros, que en la mayoría de los casos consiste en amputarle al animal una oreja —generalmente la derecha_, lo que recuerda el trofeo del torero en la plaza.
Se han reportado una treintena de ataques en toda Francia, desde la región montañosa del Jura en el este hasta la costa atlántica, muchos de ellos en los últimos meses, dijo el ministro de Agricultura el viernes. Hubo un ataque en febrero, según la revista noticiosa Le Point. Y el misterio crece con cada ataque.
“No excluimos nada”, dijo el ministro de Agricultura, Julien Denormandie, el viernes a radio France-Info, antes de dirigirse a un club hípico en la región central de Saone-et-Loire, donde se había registrado un ataque el día anterior.
“Se cortan orejas, se vacían ojos, se desangra un animal…”, dijo al explicar el destino macabro que está sufriendo uno de los animales más queridos por los franceses.
