“De Villas Agrícolas para el mundo”

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Santo Domingo. De un callejón en el barrio Villas Agrícolas de la capital a la cúspide del boxeo, en un peso donde pocos se imaginaban que un dominicano podía triunfar, Félix “Mangú” Valera, recién coronado campeón en la categoría semipesado, es un vivo ejemplo del éxito basado en la constancia y el sacrificio.

Comenzó a practicar boxeo a los diez años de edad, a escondidas de sus padres, quienes se enteraron de su incursión en los cuadriláteros el día que tenía pautada su primera pelea como amateur.

Su inspiración fueron su tío Freddy Valera (Chichío) y su padre Félix Valera, quienes también practicaron el llamado deporte de las narices chatas, aunque revela que al principio no lo asumió con mucho cariño porque era un aficionado del baloncesto, deporte que llegó a jugar en los clubes Los Pioneros, de Villas Agrícolas, y Mauricio Báez, de Villa Juana.

“A los 16 años fue cuando cogí el boxeo de lleno, cuando acudí a unos Juegos Panamericanos en Buenos Aires, Argentina, donde logré la medalla de bronce”, precisó Valera, quien el pasado domingo se coronó campeón semipesado de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

Recuerda que esos primeros años fueron bastante difíciles, pero agradece la mano que le tendieron sus entrenadores Juan José Anderson y el cubano Pedro Mingo.

El púgil dominicano, quien derrotó por decisión dividida y a domicilio al ruso Stanislav Kashtanov en el Rixos Mriya Resort Hotel de Yalta Crimea, en Rusia, confiesa que nunca se sintió intimidado por la experiencia y el récord de 33 victorias y dos derrotas de su rival, a quien mantuvo controlado durante los doce episodios del combate. “Yo me fui con mucha fe, aunque sabía la calidad del boxeador al que iba a enfrentar y en un peso que no había peleado, porque yo siempre he sido peso mediano. Le doy gracias a Dios por este triunfo”, precisó.

Mangú Valera, quien antes del combate acumulaba una marca de 12 peleas ganadas sin derrotas, todas por nocaut, muestra su satisfacción por el resultado de la pelea, ya que derrotó por decisión al ruso en su propia casa y en un pleito que se extendió al límite.

“Todas mis peleas habían terminado en el primer asalto y al cuarto que era lo máximo a lo que había llegado. En el quinto sentí el cansancio, pero fue mi gran corazón que me permitió seguir adelante y pelear hasta el final como un guerrero”, indicó Valera, quien ha sido siete veces selección nacional de boxeo.

Dijo que en Rusia no recibieron el mejor de los tratos e incluso tuvo que viajar cuatro horas para el pesaje previo al encuentro. “Nunca le di mente a eso, porque mi mente estaba enfocada en el triunfo, y gracias le doy a Jehová por la fortaleza que me dio en ese momento de prueba”.