El día 8 de Septiembre del año 2016, en la sociedad dominicana corrió como pólvora la noticia de que a Roberto Rosario Márquez, actual Presidente de la Junta Central Electoral (JCE), le cancelaron la visa estadounidense, personal y la diplomática. A Roberto Rosario Márquez, la oposición política dominicana lo acusa de ser el autor del fraude electoral más sucio y asqueroso que ha ocurrido desde la fundación de la República, y también es acusado por los organismos internacionales, de despojar de la nacionalidad a un grupo de dominicanos, en confabulación con jueces y funcionarios de gobierno, convirtiendo a los despojados de la nacionalidad en apátrida, que es un crimen de derecho internacional, semejante al genocidio, que no prescribe y puede ser sancionado en cualquier momento y época, cuando desaparezca la protección impune del poder político que lo propició.
Según los reporte de prensa, siendo las 2:00 P.M., se presentaron a su despacho Sylvia D. Johnson, cónsul general de los Estados Unidos en la República Dominicana, acompañada de Michael Ose, quien sólo fue identificado como funcionario de la embajada Americana; lo cierto es que allí le dieron la agradable noticia y le cancelaron la visa diplomática que tenia a mano, comprometiéndose éste con enviar el pasaporte personal para hacerle lo mismo.
La pregunta importante es, ¿quiénes son los culpables de la cancelación de visado a Roberto Rosario?. En primer término, el gobierno dominicano, porque no hizo caso en su afán de reelección de las quejas de fraude que impotentemente planteaba la oposición política, y por el contrario, magnificaron las acciones ilegales del peor de los dominicanos, Roberto Rosario Márquez; en segundo lugar, también son culpables los jueces del Tribunal Superior Electoral (TSE) y algunos jueces del Tribunal Constitucional (TC), porque establecieron una especie de clan antijurídico, primero para emitir sentencias parcializadas, como lo hizo el TSE, todas a favor del PLD, y con el objeto de desbaratar los partidos político de la oposición, donde las decisiones de Roberto Rosario Márquez eran refrendada sin ningún tipo de vergüenza y análisis y segundo, porque algunos jueces del Tribunal Constitucional (TC), independientemente de las resoluciones perversas de la JCE, emitieron la sentencia 168-13, apoyando la perversidad en contra de los apátridas, convirtiéndose en co-autores del crimen internacional de apatridia; en tercer lugar, los otros culpables son, algunas instituciones dominicanas, como el Congreso Nacional y el Poder Judicial, el primero porque tenia la facultad de supervisión y control y por el contrario, desbordó el apoyo a esas maniobras ilegales, en la que se vio involucrado Roberto Rosario Márquez, todo con el objeto de beneficiarse de esas acciones, el segundo porque en la República Dominicana en la actualidad, la justicia no funciona a favor de la gente, sino sólo a favor de los peledeistas funcionarios, pues hace ya mas de ocho años que el Poder Judicial desapareció en la practica y vivimos actualmente en un sistema de denegación de justicia, pero castigo duro en contra de los inocentes y pobres.
Diariodespertar.com, felicita a la embajada estadounidense por la valentía de cancelar el visado a Roberto Rosario Márquez; y observa a la vez, una pequeña luz al final del tuner oscuro de la República Dominicana y advierte que la cancelación de visado seguirá ahora con algunos congresistas, jueces del TSE, algunos jueces del TC, incluso, conforme a los vientos internacionales de derechos humanos, deben preparar sus mochilas para una posible y casi segura extradición, para que sean juzgado en la Corte Penal Internacional, por el crimen de apatridia, independientemente de los cargos que le puedan ser levantados a algunos de ellos, por el fraude electoral, que provocó la violación de derechos civiles y políticos en las elecciones de mayo del 2016.
