Cuba sufre los problemas económicos en Venezuela

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La crisis en Venezuela se ha extendido a su mejor aliado, Cuba, conforme La Habana emite avisos de racionamiento de energía y otras restricciones que algunos temen puede marcar el retorno a la austeridad económica que traumatizó al país insular después del colapso de la Unión Soviética.

Sólo un año después de la euforia provocada por el restablecimiento de relaciones diplomáticas con EEUU, se han desvanecido las esperanzas de un repunte económico en Cuba y hay un trasfondo de preocupación y frustración en las calles de la ciudad capital.

“Justo cuando pensábamos que estábamos progresando, todo se está desvaneciendo de nuevo”, dice Miriam Calabasa, una mujer jubilada en La Habana.

Las oficinas gubernamentales ahora cierran temprano, y en vez de contar con aire acondicionado, se refrescan con ventiladores y la brisa que entra por las ventanas abiertas. La escasa iluminación pública se ha reducido aún más y el tráfico en La Habana y otras ciudades se ha reducido notablemente.

“Las cosas sólo van a seguir empeorando”, dice Ignacio Pérez, un mecánico. “No se van a pavimentar las calles, ni se van a pintar las escuelas. No se va a recoger la basura y no va a mejorar el sistema de transportación”.

El presidente Raúl Castro describió la magnitud del problema este mes, anunciando a la Asamblea Nacional que se deben eliminar “todos los gastos excepto los esenciales”. Él culpó a los “límites que enfrentan algunos de nuestros socios comerciales debido a la caída de los precios del petróleo … y a una contracción del suministro de petróleo provisto por Venezuela”.

El consumo de combustibles y de electricidad se ha recortado 28% hasta diciembre y se han reducido las importaciones en un 15%, o US$2.5 mil millones, en una economía centralizada donde 17 centavos de cada dólar producido se provienen de importaciones.

Pero la escasez paralizante, la creciente inflación y una economía con una reducción pronosticada de 10% este año han forzado al presidente venezolano Nicolás Maduro a recortar su ayuda. Según datos internos de PDSVA, la compañía petrolera estatal, proporcionados por Reuters, los suministros de petróleo a Cuba se han reducido 20% comparado con el año pasado.

Durante 15 años, Venezuela ha suministrado cantidades indeterminadas de dinero y cerca de 90,000 barriles de petróleo al día, satisfaciendo 50% de las necesidades energéticas de Cuba. La Habana por su cuenta le ha vendido servicios profesionales y médicos a Caracas. La asistencia de Venezuela ayudó a sacar a Cuba del agujero negro económico en el que se encontraba después de que se suspendieron los subsidios soviéticos en 1991.

“Bajo las condiciones actuales, el producto interno bruto (PIB) de Cuba descenderá a territorio negativo este año y se reducirá en 2.9% en 2017”, dice Pavel Vidal, un ex funcionario del banco central de Cuba quien ahora es profesor en la Pontificia Universidad Javeriana Cali en Colombia. “Si las relaciones entre Cuba y Venezuela se disuelven totalmente, el PIB podría reducirse en un 10%”.

Aunque la ayuda de Venezuela representa sólo una fracción de la ayuda proporcionada por la Unión Soviética, la sola mención del “período especial”, que ocurrió después de la caída del Muro de Berlín, provoca recuerdos traumáticos en Cuba. Muchos recuerdan una escasez tan severa que impulsó a los ciudadanos cubanos a alimentarse de gatos callejeros. Karina Marrón, directora del periódico oficial Granma, advirtió este mes sobre la posibilidad de que hubiera manifestaciones en las calles similares a las que ocurrieron en 1994.

Las llamadas brigadas de respuesta rápida, formadas en la década de 1990 para reprimir los disturbios sociales, están en alerta de nuevo, según un miembro de las brigadas que pidió no ser identificado.

Para el Sr. Castro, la desaceleración representa un golpe severo a las limitadas reformas de mercado que se habían iniciado bajo su gobierno, especialmente la liberalización del peso, la cual requiere un nivel cómodo de reservas de divisas.

Pero las empresas extranjeras esperan que la desaceleración acelere la apertura económica. “Los problemas de Venezuela incrementan la posibilidad de reformas cubanas. Este gobierno sólo actúa cuando necesita hacerlo,” dijo un inversor de España.

Una complicación yace en la manera en que el gobierno asigna los recursos.

La economía de Cuba depende de los turistas, muchos de los cuales esperan que los hoteles cuenten con electricidad y aire acondicionado. Mientras tanto, cerca de 500,000 personas, ó 10% de la fuerza laboral de Cuba, están empleados en restaurantes, albergues y otros negocios privados relacionados con el turismo que necesitan energía para subsistir.

El Sr. Castro insiste en que, por el momento, los usuarios residenciales no serán afectados por los recortes energéticos. Pero Marino Murillo, quien encabeza la comisión de implementación de reformas del partido comunista gobernante, dice que los sectores que ganan divisas como el turismo y la producción de níquel también deberían estar exentos.

Otro problema es que algunos países que importan los servicios médicos de Cuba como Argelia, Angola y Brasil también están a punto de reducir gastos. En 2014, los servicios médicos proporcionaron ingresos de aproximadamente US$8 mil millones para Cuba, o sea 40% de la exportación del país.

“No podemos negar que esto causará un impacto negativo, incluso peor que el que estamos padeciendo en este momento, pero estamos preparados”, dijo el Sr. Castro.

Los analistas sugieren que la advertencia del Sr. Castro tal vez sirva para desinflar las esperanzas que surgieron a raíz del relajamiento de las sanciones estadounidenses. Pero aún así, un retorno completo a la austeridad del “período especial” parece improbable ya que Cuba cuenta con diversas fuentes de ingresos como un creciente flujo de remesas, servicios médicos, turismo y un sector privado incipiente.

©The Financial Times Ltd, 2015. Todos los derechos reservados.