Compran abonos, pero van poco al estadio

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SANTO DOMINGO. Cuando Gigantes, Estrellas y Toros han jugado con el Escogido esta campaña en el Quisqueya, la mayoría de butacas han estado vacías. Pero si usted quiere comprar boletas para ver desde el grand stand el partido entre los nordestanos y escarlatas del dos de diciembre (dentro 13 días) se puede sorprender con el número de sillas que no están disponibles para la venta.

Es el fenómeno del fanático que se abona por toda la serie regular, pero que asiste al parque sólo en los partidos de su interés. De acuerdo con el portal uepatikets.com, que vende boletas para los juegos de los melenudos de local, de los 6,995 asientos que dispone el recinto entre tres tipos de palcos y preferencias para ese choque sólo había disponible para la venta 3,180 (el 45%), al día de ayer.

No es que el partido revista una importancia mayúscula, ni que vaya a debutar David Ortiz con el Escogido y Nelson Cruz con los Gigantes. También para la visita de las Estrellas el día cinco es el mismo escenario como para cuando vengan los Toros el ocho.

Esas 3,815 localidades (el 54.5%) es la parte reservada por abonados, según reveló una fuente cercana a la industria, que pidió la reserva de su nombre. La liga dominicana no revela las cifras de asistencias ni acreditados, una información pública en cualquier circuito con categoría profesional.

Una pareja que prefiere ser identificada como Abreu Peña, sentada a cuatro filas del terreno encaja en el fenómeno. Él, ingeniero en informática, ella contadora, son fanáticos rojos que aseguran tener 18 años abonándose, aún en la época cuando los escarlatas atravesaba por su sequía de casi dos décadas sin triunfo.

Si bien el par de abono de los Abreu Peña es para los 30 partidos del club en el parque, apenas han asistido a cuatro de los 16 choques que sus acreditaciones les permiten. En agosto invirtieron RD$35 mil por sus asientos, pero los compromisos profesionales y otros “eventualidades” no los han dejado asistir más.

“Pero uno compensa, porque lo que hay que pagar en el mercado negro, cuando hay un juego bueno es demasiado, y uno no sabe si lo conseguirá. He visto gente pagar hasta RD$5 mil por un juego”, dice el varón de la pareja. La facilidad de ver los partidos en alta definición (HD) desde su hogar en el centro de la ciudad, de seguirlo en las redes sociales desde su celular, si está en labores, sumado al tiempo que les toma ir al play sin saber la hora de salida crean el escenario perfecto para optar por visitar el estadio “cuando aparece el tiempo”.

La búsqueda en uepatikets.com revela que de 2,770 palcos A habían 1,128 (40%) que no estaban disponibles para la venta. Donde las opciones se encogen en las preferencias, llamada el área de la clase media, ya que allí, de 1,582 localidades, sólo hay 382 en venta o lo mismo que el 24%.

De ahí que los inquilinos del parque sientan menor presión para atraer público, con más de la mitad del escenario garantizado. Tanto Licey como Escogido regalan cientos de boletas para cada choque en diferentes promociones.

Roberto Alcántara es seguidor liceísta que dice llevar ocho años abonándose, pero reconoce que va al parque sólo cuando el equipo está en competencia.

“No puedo venir al play a coger cuerda. Pero mucha gente que se abona y viene sólo a algunos juegos lo hace por la falta de seguridad que hay en la calle y la incomodidad que hay con los parqueos en el play”, dice Alcántara, que este año ya lleva ocho visitas al estadio.

Una investigación similar realizada en diciembre pasado por DL reveló que los rojos vendieron 2,208 sillas del área principal del parque. Esa misma investigación encontró que el Licey tenía 3,970.