Santo Domingo. La pandemia por coronavirus apresura una asignatura pendiente en la educación dominicana, la docencia virtual. Un proceso que implica un nuevo diseño pedagógico, la renovación de los métodos tradicionales y la estandarización de las tareas en la función docente.
En este escenario el papel de los formadores no se centra en enseñar en función de explicar-examinar. La educación debe plantearse desde las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) que facilitan
la construcción de conocimiento colectivo y promueven en los estudiantes su desarrollo personal. Así lo plantea Marianela Fernández, coordinadora virtual de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y CEO del Centro de Investigación y Adiestramiento de Negocios.
“Para el éxito del aula se dispone de una serie de recursos que permiten al estudiante obtener las pautas, pero existen diferencias entre docencia virtual y uso de herramientas tecnológicas. La primera requiere actividades sincrónicas (el docente presente) y asincrónicas (el estudiante trabaja solo). Una videoconferencia, por ejemplo, es solo una actividad de apoyo y no debe extenderse por más de una hora”, dice Fernández.