El concepto “Estado fallido” se refiere a un Estado donde no funciona la democracia de manera sincera, se ha perdido el control sobre la criminalidad y la delincuencia, los servicios básicos son insostenibles o de difícil acceso o están limitados sólo para personas exclusivas, el índice de corrupción supera los límites mundiales y la justicia fracasó y es admitido por todos.
En sentido general, un Estado fallido se ha constituido en ineficaz y el concepto de Estado y de soberanía se reclama sólo para beneficio particular ante los demás Estados, pero no con el objeto de ser respetado con las prerrogativas que les corresponden a un Estado sano.
La República Dominicana, alcanzó ya esos elementos que constituyen un Estado fallido, entre los que están; 1. Los ciudadanos no tienen ningún valor ni protección; 2. La criminalidad tiene el control absoluto de la ciudadanía; 3. La corrupción supera los límites mundiales, inclusive sobre los Estados grandes; 4. La justicia no funciona y está prácticamente destruida; 5. Los servicios básicos son inaccesibles para los pobres, sólo para los funcionarios ricos y poderosos; 6. Las empresas de expendios de telecomunicación, cable, supermercado, luz, agua, basura y otros servicios, están por encima de la Ley y la Constitución, es decir, nadie tiene control sobre ellos; 7. Las instituciones no funcionan en la República Dominicana, nadie puede sentirse que vive en un Estado organizado; 8. La persecución penal es destructiva y excesiva contra los pobres, indigentes y desposeídos, pero benigna e impune con los ricos y poderosos y con las empresas de capital extranjero, aun cuando confiesen que han cometido acto de corrupción, tales como, soborno, robo, estafa, falsificación y lavado de activo; 9. Las oficinas informativas del Estado mienten de manera común, deliberada y continua, sobre la realidad del país, como el caso del Banco Central, que siempre dice que la economía crece más de un 6%, inclusive, por encima de américa y el mundo, cuando la realidad es, que los dominicanos anda pidiendo por las calles, en su gran mayoría; 10. La casta política traiciona de manera continua la República, sin que exista esperanza de que en alguien se pueda depositar confianza, pues en su gran mayoría, todos los políticos de todos los partidos, sólo les interesa la riqueza personal, la mentira, el engaño, y la corrupción.
Diariodespertar.com, lamenta la visión fallida del Estado dominicano y se entristece tan sólo de pensar que la situación siga como está unos cuantos años más, levantándose grupos de resistencia al margen de la ley y la institucionalidad, por entender que el Estado no puede ser respetado. Entiende que el PLD, el PRM, el PRD, el PRSC y los demás partiditos del sistema, han hecho perder la creencia de República Soberana entre sus pobladores, por lo que se hace necesaria una nueva liberación, no ahora de fuerzas extranjeras, ni de poderío externo, sino de los usurpadores y traicioneros de la patria, que han establecido una dictadura, fundada en la compra popular de conciencia y dañado el proyecto de nación que concibieron los padres de la patria, entre ellos, Juan Pablo Duarte, quien en su ideario estableció:
¡Que la República tiene que ser libre de todo poder o potencia usurpadora, externa o interna o se hunde la isla!
