Cardenal López Rodríguez manda a Brewster a ocuparse de su casa

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Santo Domingo. “A ese señor que se meta en su embajada, y como esposa que es de un señor, que se ocupe de la casa, así que eso es lo que tiene que hacer él”.

La “recomendación” es del cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez al embajador de los Estados Unidos, James W. Brewster, por sus declaraciones sobre la corrupción en el país, calificadas como injerencistas.

López Rodríguez también presentó su crítica de que el embajador estadounidense vino al país para introducir la agenda de los gays, transexuales, travestis y bisexuales.

El prelado también respondió al comentario del diplomático, de que sus críticos pueden ir a devolver sus visados a la Embajada de los Estados Unidos en el país.

“Que devuelvan todas las visas… aquí no nos interesan ninguna”, gritó López Rodríguez a los periodistas.

Es una nueva crítica a las recientes declaraciones del diplomático, que tildó a la corrupción como el principal mal que afecta a la República Dominicana, y que detiene el comercio, su desarrollo y crecimiento.

Brewster también es centro de atención por su reciente reunión con el presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario, de la que no se conoce de forma oficial lo tratado, pero que apunta por todas las versiones que han corrido, y por el silencio de los protagonistas, a un enfrentamiento por el tema de la nacionalidad dominicana.

La iglesia Católica ha mantenido una fuerte oposición a todas las acciones del embajador estadounidense, incluso desde su nombramiento por su reconocida trayectoria en la defensa de los derechos del colectivo GLBT, que agrupa a gays y lesbianas.

El prelado respondió preguntas sobre el sistema de justicia dominicano, a propósito de la reciente acusación contra un grupo de jueces de conformar una “organización” que liberaba a personas acusadas de narcotráfico y de otros delitos. Dijo que hace rato que el sistema de justicia está en crisis y que la actuación de los jueces, en caso de que se comprue- ben, son un atentado contra el Poder Judicial.

“Si eso es verdad es vergonzoso, vergonzoso. Si es verdad que han hecho trampas, y cosas indebidas, los jueces deben ser sometidos ellos también a todo el rigor”, explicó el cardenal López Rodríguez.

Aseguró, de igual modo, que hay muchísimas cosas mal hechas en la justicia dominicana, y consideró que el presidente Danilo Medina debe tomar todas las medidas de rigor, a propósito de la petición que le hiciera el Procurador General de la República, de convocar al Consejo Nacional de la Magistratura.

No le importa visado
El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez tronó ayer contra el embajador de Estados Unidos en el país, James W. Brewster, al asegurar que no le importa en absoluto poseer el visado americano.

Así afirmó el arzobispo de Santo Domingo en una misa oficiada en la Catedral Primada de América. López Rodríguez puso a circular junto al director general del Instituto Postal Dominicano (Insposdom), Modesto Guzmán, cinco sellos postales que reflejan una selección de imágenes sobre “Las Reliquias de la Catedral”.

“Ni me interesa viajar, ni me importa para nada la visa americana; yo tengo dos visados, uno por mi investidura diplómatica que me acredita como cardenal, y otra que no se me ha vencido. Con muchísimo gusto le entregaría la visa al embajador”, aseguró López Rodríguez.

En horas de la mañana de ayer, el prelado había reiterado las críticas al embajador estadounidense, acusándolo de querer introducir una agenda al país que no tiene que ver con sus funciones diplomáticas como la de promover el activismo gay, travesti, transexual y bisexual.

“A ese señor que se meta en su embajada, y como esposa que es de un señor, que se ocupe de la casa, eso es lo que tiene que hacer él”, recomendó el purpurado.

“Reliquias de la Catedral”
La puesta en circulación de los cinco sellos postales que muestran las riquezas museográficas de la Primera Catedral del Nuevo Mundo, tales como el “Portapaz”, construido antes de 1495 posiblemente en la ciudad de Toledo, en España. También está un Cáliz de plata dorada del siglo XVI y un Arca Eucarística construida en Santo Domingo en 1579. Además, hay una Custodia de plata y metal dorado construido en París, Francia; y por último, la Cruz Procesiona.