Agotados inversionistas en materias primas ven el final de la depresión

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El mercado vislumbra el final del descenso de los precios, pero el pronóstico sigue siendo difícil. Después de la caída de los precios de las materias primas en 1997, tomó 21 meses para detenerla. En el período 2000-01 fueron 13 meses. Después de derrumbarse junto con la economía mundial en 2008, las materias primas se desplomaron a su mínimo en tan sólo ocho meses.

Esta vez, el Índice de Materias Primas de Bloomberg ha estado en declive durante cuatro años y la tendencia continúa. Desde alcanzar su pico más reciente en mayo de 2011, el índice de referencia ha disminuido a la mitad y ha alcanzado los niveles más bajos del siglo XXI.

Los agotados inversionistas se preguntan: ¿han finalmente tocado fondo los precios de las materias primas?

“Esto es lo primero que se pregunta cualquiera que esté observando el mercado”, dijo Norbert Ruecker, jefe de investigación de materias primas de Julius Baer en Zurich.

Obtener la respuesta correcta es importante. Con los inversionistas preocupados porque el mercado de valores está sobrevaluado y los precios de los bonos están en peligro por un aumento en las tasas de interés, la situación histórica de las materias primas como un mercado sin correlación podría tentar a algunos. Un rebote impulsaría a los grupos mineros y energéticos, como Glencore y ExxonMobil, y a las economías ricas en recursos, como Australia y Brasil.

Los inversionistas y los analistas están cada vez más convencidos de que numerosas materias primas han alcanzado, de hecho, su punto más bajo. “Si éste es el precio absolutamente más bajo o si pudiera serlo en poco más en un par de semanas, en conjunto han prácticamente tocado fondo”, declaró Nic Johnson, gerente de cartera de Pimco, la cual tiene cerca de US$15 mil millones invertidos en materias primas.

Sin embargo, puede ser un fondo sin mucho rebote. Durante los últimos 20 años, las caídas de dos dígitos en el índice fueron seguidas por impresionantes recuperaciones. Esta vez puede que un modesto aumento sea el mejor de los casos.

“Seguramente se ha tocado fondo, pero es probable que se trate de uno de muy larga duración”, escribió Kevin Norrish, jefe de investigación de materias primas de Barclays.

Una de las mayores razones se debe a que China — el motor del reciente crecimiento de la demanda — se ha enfriado. Su economía está cambiando el enfoque de ser una industria ávida de recursos hacia el consumo interno.

“Se necesitaría otra China, y yo simplemente no la veo en el horizonte”, aseguró el Sr. Ruecker.

Un sinnúmero de inversionistas cree que la caída de las materias primas ha terminado porque los precios están, en muchos casos, por debajo del costo de producción. En respuesta a esto, los productores no rentables están produciendo menos.

En el estado de Illinois en EEUU, el precio de equilibrio de maíz de una granja promedio será de US$4.61 por ‘bushel’ en el año 2016, según lo expresado por Michael Langemeier de la Universidad de Purdue. Se trata de unos 60 centavos más que el precio de los futuros de maíz para diciembre de 2016.

En las formaciones de esquisto de EEUU, la producción de crudo está decayendo después de que los perforadores detuvieran las operaciones en más de 1,000 plataformas. Las grandes compañías petroleras han aplazado o desechado nuevos proyectos que requieran que el petróleo esté a más de US$60 por barril, siendo la más reciente víctima la operación Carmon Creek de Royal Dutch Shell en las arenas bituminosas de Canadá.

Los recortes en la producción de zinc, níquel y cobre indican que los precios pueden estar cerca de tocar fondo, según George Cheveley, gerente de cartera de Investec Asset Management en Londres. Durante ciclos anteriores, cuando los mineros empezaban a anunciar recortes era una señal de que los precios habían influenciado negativamente la curva de costos y lo mismo sucederá con otros en poco tiempo, dijo el Sr. Cheveley.

“La historia sugiere que estamos cerca del nivel mínimo”, declaró. “Cada reducción está disminuyendo ese riesgo de baja; aunque las materias primas no quiebran, las empresas sí”.

La compensación de estos recortes, al menos al corto plazo, se debe a la debilidad de las monedas de muchos países exportadores de materias primas. Debido a que los productos más comercializados internacionalmente se cotizan en dólares, se traduce en mayores ingresos en moneda local, dejando a los productores “en buena condición”, expresó Michael Haigh de Société Générale.

Durante los últimos cinco años, el precio de la soja se ha reducido en un 28 por ciento en términos de dólares. Si se toma en cuenta la depreciación del real brasileño frente al dólar, la soja realmente ha ganado un 64 por ciento.

Como escribió este mes un agregado agrícola de EEUU en Brasilia: “A pesar de los bajos precios mundiales de la soja, el débil real brasileño se está compensando con precios domésticos más altos y está alentando a los agricultores a aumentar el área de cultivo”.

El agregado pronostica una cosecha de soja brasileña récord de 97 millones de toneladas el año próximo.

Otro ‘peso’ sobre cualquier rebote lo constituyen los crecientes inventarios. La Agencia Internacional de la Energía reporta que los comerciantes petroleros han estado almacenando el excedente de combustible diésel en el mar. En materia de cereales, la proporción de los suministros como porcentaje del consumo ha sido del 25 por ciento durante los últimos dos años, la más alta en más de una década, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Estas amortiguaciones protegen contra los impactos en la oferta que aumentarían los precios.

El hecho de que la última caída de las materias primas haya durado un buen tiempo no predestina un repunte. El profesor José Antonio Ocampo de la Universidad de Columbia ha estudiado precios de materias primas que datan del siglo XIX y ha descubierto que los ciclos suelen durar entre 20 y 40 años.