La biblia dice en el libro de Lamentaciones, Capítulo 1: Versículos 1-3, ¡Cómo ha quedado sola la ciudad populosa!. La grande entre las naciones se ha vuelto como viuda. La señora de provincias ha sido hecha tributaria; amargamente llora en la noche, y sus lágrimas están en sus mejillas. No tiene quien la consuele de todos sus amantes; todos sus amigos le faltaron, se le volvieron enemigos. Judá ha ido en cautiverio a causa de la aflicción y de la dura servidumbre; ella habitó entre las naciones, y no halló descanso; todos sus perseguidores la alcanzaron entre las estrechuras.
Con estas expresiones sencilla la biblia refleja la forma como jeremías pudo observar la ciudad en sus ruinas, todo por el mal manejo; jeremía clama que la populosa ciudad, quedó viuda y tributaria, llorando amargamente la soledad de su pueblo; eso se repite de nuevo en la República Dominicana, sabemos que internacionalmente a esta nación se le reconoce como un Estado soberano, hasta para aplicar sus normas migratorias; sin embargo los límites no se pueden desbordar, hasta llegar al extremo de perder la razón y violentar sumariamente derechos humanos y fundamentales.
Si vemos la situación que hoy viven los haitianos residentes en República Dominicana, como un hecho aislado, entonces no tienen razón de ser los organismos internacionales, que luchan por la libertad y los derechos humanos, porque no son situaciones aislada la que están ocurriendo, son cosas graves, muy graves; pues se trata de transformar el sistema migratorio dominicano en un solo año, sin tomar en cuenta la justicia, la misericordia y la fe, y sobre todo, las normas internacionales.
La mayor gravedad consiste, en que a nivel interno, un grupo de seudos nacionalista, fundados en la ley que estos mismos crearon a su imagen y semejanza, extremistas peligrosos, llegaran hasta las últimas consecuencias para dar cumplimiento a sus deseos descontrolados de limpieza étnica; sin tomar en cuenta los lineamientos internacionales, y mucho menos, la misericordia del drama humano que viven hoy, los nacionales haitianos, que están sujetos a esta situación desesperante.
Como toros bravos, o leones celosos del control en la selva, actúan los nacionalistas; son capaces de ir a la guerra, y morir por su racismo; una situación, muy, pero muy peligrosa, para poder volver atrás el mal que se ha hecho.
Muchos dominicanos viven en el exterior, en países diferentes, y desde aquí, solo podemos rogar a Dios, para que no permita, que a nadie, absolutamente a nadie, ni persona poderosa, ni régimen político alguno, le cruce por su mente, avasallar, maltratar y humillar nuestro paisanos, ni en la forma, ni en el fondo, como le ocurre a los haitianos que no se han regularizado, por cosas que se escapan y vienen del extremo, aun cuando el Estado Dominicano, procure y diga que actúa correctamente.
Es muy lamentable la situación del Estado Haitiano, la falta de respuesta a sus ciudadanos; pero se trata mayormente de falta de moral política, pues se exigen cosas que estos no están en capacidad de dar a sus gentes, ni siquiera identificación personal, provocando con esa acción, las humillaciones que hoy sufren sus nacionales en diferentes partes del mundo.
Si bien es cierto que la nación dominicana, es soberana, su soberanía está sujeta al respeto internacional y al reconocimiento de esa facultad en los demás Estados del mundo. Una nación no solo debe ser soberana, para exigir respeto a sus decisiones aunque estén equivocadas, debe comportarse a los niveles que exige esa prerrogativa, y un aspecto muy importante de esa soberanía, es el respeto a los Derechos Humanos de los ciudadanos y ciudadanas, que residen en el país, no importando de qué lugar del mundo llegaran.
Las naciones del mundo no viven aisladas, de las demás, somos un globo terráqueo, que gira, y algunas veces quedamos arriba y otras veces abajo, pero siempre giramos, eso no se puede olvidar, nuestros dominicanos están en todas partes del mundo, sobre todo en los grandiosos países de Estados Unidos, España, Francia, Inglaterra, Alemania, Argentina, Chile, Perú, México, China, Japón, en definitiva donde quiera que la economía está buena, hay dominicanos; porque estos además de laboriosos, son dulces, ingeniosos, inteligentes, y le encanta la migración; pues algunos llegan hasta pensar, que si no viajan algún país, no le irá bien en la vida.
Por esos recordamos a los patriotas del momento, la expresión ¨hoy me tocan las ajenas, mañana serán las mías, padre mío no me olvide, cuando este en mi calvario¨.
!Misericordia dueños del país, Misericordia!