EDITORIAL
Hay que alabar el ánimo y entusiasmo del presidente de la República Dominicana, Luis Abinader Corona, que el día 4 de septiembre del 2024, durante la Conferencia sobre Inversión en Infraestructura en América Latina y el Caribe del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) y el Financial Times, celebrada en Nueva York, anuncio que su gobierno proyecta la construcción de un cable submarino para exportar electricidad a Puerto Rico, como parte de los planes de expansión y transformación del sector energético dominicano.
Inmediatamente se produjo este anuncio y se conoció en la República Dominicana la información noticiosa dada por el presidente, las alarmas no se hicieron esperar, porque en la nación dominicana no hay luz, ya que todo el territorio dominicano esta apagado y con una tarifa eléctrica duplicada y cuando le preguntaron a la vicepresidenta Raquel Peña el día 28 de agosto del 2024, esta solo se prestó a servir como vocera del despiadado y verdugo empresario eléctrico dominicano, Celso Marranzini, estableciendo la segunda mandataria «Tenemos que pagar nuestra factura eléctrica«¨
La vicepresidenta Raquel Peña, cuando sirvió como vocera de los ideales de Celso Marranzini, para ordenar a la población que todos paguen, no presento el recibo de pago de ella, pues un 70% de la población dominicana cree que ella no paga la luz y si esta al día con sus pagos, esos pagos forman parte de los irritantes repertorios de privilegios de que gozan todos esos funcionarios del gobierno, que hoy se hacen de la vista gorda y que van camino al sacrilegio político.
Todo el que estaba sentado en la conferencia dada por el presidente en un salón de lujos en Nueva York, con aire muy frio y donde de verdad y sin mentiritas, no se va la luz, solo se miraron, porque no esperaban esa información, pues todos ellos saben que la Republica Dominicana esta pagada como en el paleolítico inferior, pero ellos saben además, que el presidente tiene buenas intenciones y que no es un hombre malo, por lo que, la culpa de todas esas locuras y desaciertos del presidente, es posible que provengan de las malas influencias de Celso Marranzini y Milton Morrison, jinetes de los dos caballos apocalípticos que destruyen la energía eléctrica en los pueblos de pecadores, pues bien claro dice el refrán popular ¨dime con quien andas y te diré quién eres¨
Puerto Rico merece lo mejor del pueblo dominicano, porque ellos son parte nuestra y son personas muy buena, por lo que es muy triste que el presidente se comporte así con Puerto Rico y con el mundo, ofertando un supuesto cable internacional, cuando aquí ni los semáforos ni los transformadores funcionan, pero además son ellos mismo lo que están diciendo a diestra y siniestra, que el sistema eléctrico no soporta el consumo y por eso no hay luz.
Pero ahora vienen con la ilusa mentira de añadir un cable para que el consumo eléctrico de Puerto Rico sea asumido en el sistema dominicano, y esto a lo mejor es una idea ilusa, no del presidente, sino de las ideas de Celso Marranzini y Milton Morrison, que talvez por desconocimiento y falta de sinceridad provocaran una explosión mundial, con tinte de terrorismo involuntario, pues en el país en cada momento se explota un transformador de carga y quizás ellos con su incierto y mentiroso plan explotaran los dos países.
Diariodespertar.com, lamenta la situación eléctrica nacional, pide a la vicepresidenta Raquel Peña, que presente su factura de pago donde se demuestre que ella paga la luz, antes de pedir que todos paguen una luz que no se sirve. Llama la atención del presidente de la república, para que cuide sus anuncios públicos en escenarios nacionales e internacionales, pues, por un lado, ser visionista no está mal, pero por otro presentar una imagen de la Republica Dominicana que el mundo entero sabe que no es así, está muy mal de su parte y le perjudica su bien ganada imagen. Reitera el pedido de que expulse a los funcionario eléctricos que provienen de la FP, el PLD y el moribundo PRD, no por discriminación laboral, sino por confabulación para destruir el desarrollo de la Nación dominicana.