El Monopolio ha sido definido por algunos texto de economía y algunas enciclopedias digitales del modo siguiente: “como una situación de privilegio legal o fallo de mercado, en el cual existe un productor o agente económico (monopolista) que posee un gran poder de mercado y es el único en una industria dada que posee un producto, bien, recurso o servicio determinado”.
Recientemente, el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), interpuso por ante el Tribunal Superior Nacional, Contencioso y Administrativo, una acción de amparo de cumplimiento, mediante la cual solicitaba que dicho tribunal ordenara al Estado Dominicano, romper con el Monopolio del Transporte que tienen, a decir de estos, algunas Federaciones de Transportes, como Fenatrano, Conatra, Fenatrapego y otras Federaciones.
Las audiencias estuvieron tan llenas de personas, que fue necesaria conocerla en el recinto de las Cortes de la Feria, por dos razones, primero por la multitud de gente que acudirían y segundo porque ya se sabía de ante manos el fallo ganancioso a favor del CONEP, aunque esa acción no procediera, pero era necesario hacer un show para que la gente miserable se olvide que se están
cayendo a pedazo, por la política económica, pobre, de beneficio exclusivo y asquerosa de PLD.
Para interpretar bien el fallo, hay que partir de tener el conocimiento de que las Federaciones de Transportes Dominicana, se repartieron las rutas de transportes de vehículos livianos y de cargas, que a su vez, eran utilizados para las manifestaciones políticas de masas y huelgas de trasporte en contra del gobierno, que estos no simpatizaban, como fue un ejemplo de la oposición realizada por José Francisco Peña Gómez y el PRD cuando estaban vivos, pues los sindicalistas pertenecían en su gran mayoría a ese partido que ya falleció.
Fenatrano, tiene exclusividad en los muelles de cargas y según el CONEP, por los derechos adquiridos que dicen tener, Fenatrano recibe un porcentaje de cada furgón que se va a transportar, aun cuando no sean sus camiones que lo transporte. Por otro lado, en las provincias Santiago, Santo Domingo, Distrito Nacional, San Francisco de Macorís, la del Cibao, del Este, del Sur, todas las rutas están asignadas y nadie puede transportarse en un vehículo de esos servicios público, que no sea de esa ruta, recibiendo los pasajeros hasta golpes, como ha sucedido en San Cristóbal por parte de los cobradores y de choferes. Según el CONEP, esto representa un monopolio insoportable para los ricos y millonarios que pueden comprar sus propios vehículos de transporte y ahora acuden al tribunal para que los ampares y permita que el Estado redistribuya las rutas, lo que sería justo desde su punto de vista.
Así pues, para colocar o comprar una ruta de vehículo liviano o de carga hay que pagar cientos de miles y millones en algunos casos, lo que significa que el negocio es jugoso y el CONEP ha decidido comprar sus propios vehículos de cargas y livianos, porque al igual que los sindicatos, ha encontrado que el panorama es correcto en la actualidad y propicia para también ellos explotar a la gente. Es decir, ningunos de ellos son santo de la devoción del pueblo, por el contrario, son sus verdugos, igual que los jueces que patrocinaron el show.
Algunos sindicalistas, supuestamente se desmayaron cuando oyeron el fallo, los miembros del CONEP, intentaban desmayarse pero no lo hicieron, de la alegría, por el control absoluto que tienen de la justicia.
Finalmente, al CONEP le acogen el amparo, conminan al Estado al pago de un astreinte si no lo apoya, para que ejecuten rápido su sentencia, que con la misma son apoyados los sindicatos. Pero cuando los pobres van a ese mismo tribunal, son condenados a vivir la miseria judicial más rotunda que un país pueda tener, así pues que, felicidades al CONEP, a los sindicatos, a los ricos que son dueño de la justicia dominicana, y el más sentido pésame al que no tiene dinero y le violan su derecho.