SANTO DOM INGO. El promedio de 19.5 muertes por accidentes de tránsito por cada 100 mil habitantes en República Dominicana parece que se mantendrá este año, no sólo por haberse cobrado el domingo las vidas de Andy Marte y Yordano Ventura. Ese 19.5 es el mayor porcentaje para toda América Latina, reportó . El domingo fallecieron otros ocho más en distintas vías dominicanas.
Es por eso que el sicólogo Pablo Ulloa, no se enfoca estrictamente en que sean peloteros, sino dominicanos. “Lo veo como sociedad. Nosotros como dominicanos no asumimos las leyes y las reglas como parte de la naturaleza de las sociedades”, dijo Ulloa.
Este es un punto con el que coincide el exjugador de Grandes Ligas, Miguel Batista.
“Eso para cambiarlo es un poco difícil”, señala Batista. “Aquí tenemos una política de aceptación, pero lo permiten: tomar y manejar”.
En el caso de Marte se ha comentado su incapacidad para conducir debido al alcohol. Sobre Ventura es poco lo que se conoce.
Las Grandes Ligas ha mostrado su pesar por la pérdida de los dos jugadores. Lo mismo han hecho las organizaciones por las que pasaron los fenecidos jugadores.
El domingo en la noche hubo una vigilia en el Kaufman Stadium, casa de los Reales de Kansas City y al que asistieron compañeros de Ventura, “Ace” como se le apodaban. “Aquí se han hecho campañas de orientación al jugador, pero se dura tres o cuatro años sin hacer otra”, entiende Batista, significando que eso no es suficiente.
El presidente de la Federación Dominicana de Medicina del Deporte, Milton Pinedo, así como Ulloa, coinciden en que la prevención debe de venir desde las pequeñas ligas. Es así que debe de haber “políticas públicas donde incentiven las cosas correctas desde pequeñas ligas”, sostiene Pinedo. “Las campañas de sensibilización debe de ser con todos (la sociedad), pero empezar desde pequeñas ligas”.
El país ha sentido la partida a destiempo de varios peloteros, algunos ligados al alcohol. “Aquí se promueve la cultura de la ingesta de alchol”. Plantea que en la mentalidad de muchas personas “no hay una fiesta que se haya dado buena sin alcohol”.
