El gobierno de los Estados Unidos anunció la revocación del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), un programa migratorio de que ofrece permisos de residencia y trabajo temporales a ciudadanos de países afectados por conflictos armados, desastres naturales u otras condiciones extraordinarias que impiden su retorno seguro, a los ciudadanos haitianos.
Este estatus, establecido en 1990, y del cual se beneficiaban cerca de 500 mil haitianos, no conduce a la residencia permanente, pero brinda una protección provisional contra la deportación mientras las condiciones en el país de origen permanecen inestables, según los términos establecidos por el departamento de servicios de ciudadanía y migración de los Estados Unidos.
Recientemente, la administración del presidente Donald Trump ha decidido revocar el TPS para más de 500,000 haitianos que residían en Estados Unidos bajo esta protección. Esta medida implica que, a partir del 3 de agosto de 2025, estos inmigrantes perderán sus permisos de trabajo y estarán sujetos a deportación. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, argumentó que «durante décadas se ha explotado y abusado del sistema TPS», y que la extensión otorgada previamente por la administración de Joe Biden no estaba justificada.
Haití ha sido beneficiario del TPS desde 2010, tras el devastador terremoto que afectó al país ese año. A pesar de las continuas crisis políticas y humanitarias, la actual administración considera que las condiciones han mejorado lo suficiente como para finalizar esta protección. Sin embargo, organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes critican la decisión, calificándola de «imprudente y cruel», ya que obligaría a los haitianos a regresar a un país que aún enfrenta altos niveles de violencia y agitación económica.
Otros países
Además de Haití, otros países han visto revocado este beneficio en los últimos tiempos. Por ejemplo, en enero de 2025, la administración Trump anunció la cancelación del TPS para aproximadamente 600,000 venezolanos, quienes perderán su estatus legal el 7 de abril de 2025. Esta decisión ha generado críticas por parte de organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes, que señalan las difíciles condiciones políticas y económicas que persisten en Venezuela.
Otros países que ingresaron al programa, pero luego fueron removidos, son Angola, Bosnia y Herzegovina, Burundi, Guinea, Liberia, Sierra Leona, Kosovo, Kuwait, Líbano, Montserrat, Ruanda y Sierra Leona.
El TPS ha sido un tema de debate en la política migratoria de Estados Unidos, con opiniones divididas sobre su aplicación y duración. Mientras algunos argumentan que ofrece una necesaria protección humanitaria, otros consideran que su uso prolongado va más allá de su intención original. La reciente revocación del TPS para haitianos y venezolanos refleja la postura de la actual administración hacia una política migratoria más restrictiva.
La terminación del TPS para estos países no solo afecta a los inmigrantes directamente involucrados, sino que también tiene implicaciones para sus familias y comunidades en Estados Unidos. Muchos beneficiarios del TPS han residido en el país durante años, estableciendo raíces y contribuyendo a la economía local. Su repentina salida podría tener consecuencias económicas y sociales significativas.