Presos trasladados a Las Parras dejarán de pagar 2,000 pesos por una cama para dormir

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Situados del otro lado de las rejas que cierran las habitaciones, reporteros de este medio pudieron conversar directamente con varios encarcelados llevados al nuevo plantel Las Parras para conocer cómo valoraban el nuevo lugar que se convertirá en su casa hasta tanto logren cumplir su condena.

“Me siento muy bien, ya no tendré que pagar 2,000 pesos por una cama y estoy tranquilo porque aquí no tengo que estar (precavido) como en La Victoria. El sistema de la corrupción allá era muy fuerte”, dijo uno de los privados de libertad. Este es uno de los más de 300 privados de libertad que fueron trasladados el pasado miércoles desde la longeva cárcel de La Victoria.

Aunque durante el recorrido encabezado el pasado sábado por el Ministerio de Vivienda y Edificaciones (Mived) y la Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales (DGSPC) los periodistas pudieron visualizar libremente los espacios utilizados por los presos, durante los intercambios de palabra con estos siempre estuvieron supervisados por los agentes de Vigilancia y Tratamiento Penitenciario (VTP).

“Tenía buena conducta y por eso me dieron la oportunidad de venir, esto es una ayuda para yo salir adelante. Yo dormía con hasta 8 personas en un espacio muy pequeño, incómodo. Los comandantes nos están tratando bien, la comida está bien, todo está en orden gracias a Dios”, expresó el reo, sin mencionar su nombre, quien fue condenado por robo e intento de homicidio, hecho por el cual recibió una pena de 10 años, de la que ha cumplido seis.

La distribución en la habitación es simple: un amplio espacio con hasta tres camas tipo camarotes, colchones, una ventana con rejas y, lo que los reos dicen agradecer, un baño con una puerta corrediza.

Uno de los mecanismos que implementará la en el plantel Las Parras para evitar el surgimiento de actos delictivos orquestados desde los centros penitenciarios es la prohibición de los celulares. “Ni los agentes VTP, ni los reos podrán entrar con celulares”, dijo el director de la DGSPC, Roberto Santana.

Dinero por billetes

Mientras nos mostraba un salón que cuenta con largas mesas de metal, Santana explicó que la economía dentro del nuevo penal se movería a través de billetes de compra y no con dinero, siendo diferente a La Victoria, donde los familiares tienen que visitar frecuentemente a sus parientes para entregarles efectivo.

De acuerdo con sus declaraciones, los presos adquieren estos tickets por medio del trabajo: “Ellos pueden realizar labores de informática, mecánica, agroindustria, ebanistería, fontanería”, asimismo, indicó que pueden incursionar en el área de las zonas francas, ya que tienen relaciones con algunas empresas nacionales e internacionales.

Luego de entregar de manera obligatoria una parte de sus ganancias al Estado y a su familia, los administradores del penal convierten el dinero en un papel simbólico con el cual pueden ir “al colmado”, así lo identifican los reos”, donde tienen el derecho a comprar cualquier producto.

El costo de una botella de agua oscila entre RD$10 y RD$20, según la marca empresarial. No obstante, esto es adicional a la dieta alimenticia que recibirán cada día hasta su salida.

Además de las “comodidades que tienen las habitaciones”, los presos tendrán acceso a canchas deportivas, un donde podrán jugar softball, iglesias, talleres de costura, salones para recibir a sus hijos y esposa, biblioteca y aulas.

Precisamente, una de estas tiene disponibles varias computadoras modernas que los reos utilizarán para recibir formaciones educativas en modalidad virtual.

“No vamos a ser analfabetos digitales”, dijo el director de Prisiones, mientras señalaba los dispositivos tecnológicos situados en el salón.