RIO DE JANEIRO (AP) — Mariana Pajón se cercioró de que Colombia conquistara en Río más oros que en el resto de su historia olímpica, y de paso se consolidó como la máxima gloria de su país en estas justas. Usain Bolt no se compara desde hace tiempo con ninguna leyenda de su nación que no sea Bob Marley, y en la jornada dejó para la historia otra presea dorada y un nuevo espectáculo.
Durante la antepenúltima fecha de los Juegos de Río de Janeiro, las imágenes de Pajón y Bolt quedaron para el recuerdo. Y el llanto de la mexicana Guadalupe González al conseguir la plata, superada por apenas dos segundos, en la marcha de los 20 kilómetros resultó evocador del momento que dio inicio a una cadena de éxitos de los caminantes aztecas en este deporte.
El fútbol de mujeres coronó a unas campeonas inesperadas. Estados Unidos, en cambio, no dio espacio a las sorpresas y ancló en la final del básquetbol de hombres.
A continuación, lo más destacado del viernes en Río:
LA FIGURA
Uno oro por cada 10 fracturas óseas es aproximadamente el promedio que tiene Pajón, aunque ella misma no recuerda con precisión cuántas veces se ha roto los huesos en el deporte predilecto de los traumatólogos-ortopedistas.
Pero su triunfo del viernes en BMX llegó con autoridad y sin percances, para entregarle una presea de oro que hará juego con la conquistada en 2012 en Londres. Ningún otro deportista colombiano tiene un par de oros olímpicos.
El título que consiguió Pajón hace cuatro años y el que conquistó la pesista María Isabel Urrutia en Sydney 2000 eran los únicos en las arcas colombianas hasta este año. En Río, la delegación obtuvo ya tres, contando los logrados por Oscar Figueroa en las pesas y Caterine Ibargüen en el salto triple.
«Esta ha sido la carrera de mi vida por muchas razones», manifestó Pajón, que fue alentada por cientos de fanáticos colombianos en las gradas. «Por mi país, por todos los que han venido hasta acá, por todo lo que representa».
PARA LA HISTORIA
Por novena ocasión, Bolt adoptó la pose del rayo para celebrar un título olímpico. Con ello, le facilitó la tarea a quien quiera memorizar a los últimos tres ganadores de los 100 metros, los 200 y el relevo 4×100.
Son tres tricampeonatos dejados para la posteridad por Bolt, quien ha dicho que se retirará en 2017 y se marcha de los Juegos Olímpicos emitiendo fulgor de inmortal, como lo hizo el nadador Michael Phelps seis días atrás.
Y después de una nueva victoria, Bolt se dedicó a ejercer su otra vocación: la de «showman».
Con sus compañeros Asafa Powell, Yohan Blake y Nickel Ashmeade, corrió envuelto en la bandera jamaiquina, bailó con ritmo en la pista, abrazó a la griega Ekaterini Stefandi, quien a su vez estaba celebrando el oro en el salto con pértiga.
Luego se arrodilló en la pista y besó el tartán. Fue un beso de despedida, tras otra noche maravillosa.
EL DRAMATISMO
El rictus de «Lupita» González fue simultáneamente de fatiga, éxtasis, frustración y llanto. La china Hong Liu se le escapó en los últimos metros para apoderarse del oro, pero la plata conseguida por la menudita mexicana representó apenas la segunda presea de su país en Río y puso fin a una larga sequía de los andarines aztecas en el podio olímpico de la caminata.
«Se me fue en los últimos 50 metros, fueron dos segundos, no fue nada y me duele pero estoy consciente de que di todo», dijo González, de 27 años.
El gesto de González por no conseguir el oro recordó lo ocurrido en 1968, cuando el local José «Sargento» Pedraza, hizo tremendo berrinche tras no alcanzar al ruso ganó la competición.
Aquel momento marcó el inicio de una serie de éxitos olímpicos por parte de los marchistas mexicanos, que sin embargo no habían obtenido una presea después de Sydney. González rompió el maleficio y es la única mujer que le ha dado una medalla al país en esta disciplina.
La marcha deparó otro momento dramático —y escatológico— en los 50 kilómetros para hombres, donde el francés Yohann Diniz sufrió un «accidente gastrointestinal», según el mismo relató. Luego colapsó extenuado, pero se repuso y concluyó la prueba.
LOS EQUIPOS
Suecia, verdugo de Estados Unidos y a Brasil en el fútbol de mujeres, no pudo con Alemania, que se apoderó del oro con una victoria de 2-1 en la final. Marta y sus compañeras en la selección anfitriona cayeron por el mismo marcador ante Canadá, que no les dejó siquiera la consolación del bronce.
En el básquetbol, Estados Unidos mantuvo su hegemonía sobre España. En realidad, tiene hegemonía sobre el resto del mundo, pues no pierde un partido oficial desde septiembre de 2006.
La selección ibérica dio pelea, tal como lo hizo en las finales de los últimos dos juegos olímpicos. Pero una tercera derrota ante los estadounidenses la dejó sin más remedio que pelear el bronce el domingo.
Estados Unidos chocará por la presea dorada ante Serbia, que doblegó a Australia.
LA VERGÜENZA
El nadador estadounidense Ryan Lochte se disculpó por su conducta del fin de semana en una gasolinera de Río de Janeiro, pero no explicó los motivos por los que dijo que lo habían asaltado y no que se había confrontado con guardias de seguridad después de que él y otros integrantes del equipo causaron destrozos en la estación.
Generalmente conocido por su imagen de fiestero y su fascinación por los reflectores, Lochte se topará ahora con patrocinadores nerviosos, la posibilidad de cargos legales en Brasil y sanciones del equipo de natación de Estados Unidos y del Comité Olímpico Internacional.