Las condiciones de hacinamiento en las megaciudades del mundo podrían agudizar las enfermedades infecciosas. Esto lo confirmó un estudio hecho a partir de la identificación de casos de virus en Dhaka, Bangladesh.
Los investigadores encontraron tasas de infección diez veces mayores en el centro más densamente poblado, que la periferia de las ciudades. El virus, además, es la causa más común de diarrea en los niños de todo el mundo y es responsable de cerca de 400.000 muertes infantiles al año.
Las tasas de infección por virus en los países tropicales son bastante consistentes durante todo el año con un ligero pico en las estaciones frescas, aunque algunos estudios han encontrado evidencia de picos cuando los niveles de los ríos son altos.
El estudio, publicado en las Academia Nacional de las Ciencias encontró que el virus se propaga en los núcleos congestionados de la ciudad (con 15 millones de personas) mucho más rápido que en los suburbios.
“A medida que las megalópolis aumentan su población, tenemos que ser conscientes de que esto va a tener importantes consecuencias epidemiológicas, incluso en términos de respuestas climática”, aseguró el coautor Mercedes Pascual, un ecologista de la Universidad de Chicago, en los Estados Unidos.
Pascual sospecha que muchas enfermedades infecciosas se vuelven más sensibles al clima en las grandes ciudades. “Se puede identificar los lugares que son más sensibles a las variaciones en el clima para estar preparado y responder de forma más local y eficiente”, añadió. Sumado a esto, las investigaciones anteriores sugieren variaciones espaciales similares en la sensibilidad del clima con los casos de cólera en Dhaka.
Virginia Pitzer, epidemióloga de la Universidad de Yale en Estados Unidos, mencionó que los resultados son interesantes, pero que quiere ver si puede predecir las tasas de infección y si la variación espacial se encuentra en otras ciudades. “Ciertamente sugiere la transmisión del rotavirus es un problema, especialmente en las grandes ciudades como Dhaka donde los virus se transmiten por el agua», comentó.
Por su parte, Ziaul Matin, especialista en salud infantil de UNICEF en Bangladesh sostuvo que “podemos utilizarlo para ayudar a diseñar nuestros programas e incluso temprana Los sistemas de alerta”.