Santo Domingo. A pesar de los esfuerzos de las instituciones públicas y las contribuciones de las entidades del sector privado la pandemia no ha sido controlada, el curso de la situación sanitaria revela, de acuerdo a los informes oficiales, que las medidas han sido insuficientes y podríamos establecer que, posiblemente, tardías.
La realidad apunta, fundamentalmente, hacia dos direcciones altamente sensitivas para nuestro país:
- El posible colapso del sistema sanitario nacional, ante el eventual desborde de la pandemia afectando el cronograma electoral y la vida institucional del país.
- La profundización de una compleja crisis económica y social por el peso de la parálisis de la economía que aumenta dramáticamente las calamidades de la población.
En este contexto, debemos estar plenamente convencidos de que nada está por encima del interés del pueblo ni de la nación dominicana, desde la democracia y desde el corazón de la academia, abogamos por una mayor apertura e interés del gobierno por propiciar la integración y participación de las diferentes fuerzas y sectores que conforman la nación dominicana, para juntos, con transparencia y elevada responsabilidad, formular estrategias y planes efectivos para detener la expansión del virus, mitigar el dolor social, disminuir el impacto de la crisis sanitaria y el conjunto de sus derivaciones inmediatas, de mediano y largo plazo, garantizar el mínimo vital al pueblo, garantizar el estado de derecho, la realización del proceso electoral y la continuidad institucional de nuestra vida republicana.
Tras un examen riguroso de los valiosos aportes entregados por investigadores, especialistas en los estudios sociales y en las políticas públicas que se congregaron alrededor de nuestra Facultad, en diversas jornadas de reflexión sobre los impactos de la pandemia originada por el SARS II Covid-19, y apoyados en las posiciones oficiales del Consejo Universitario, el liderazgo universitario y las reflexiones de diferentes órganos de investigación, facultades, académicos preocupados y de los participantes en dichos eventos reflexivos, la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, asume la responsabilidad de presentar sus conclusiones ante una crisis profunda, compleja, devastadora y que sin el preciso manejo, acentuaría aún más el desastre humanitario, económico-social e institucional para la República Dominicana.
En el análisis de las políticas sociales se concluyó que los programas ejecutados, hasta el momento, han sido insuficientes, pues, hay una gran parte de la población que está excluida de la protección del Estado ante la crisis. También se precisó la necesidad de la creación de mecanismos fuertes, coordinados de manera efectiva, sin duplicidad de esfuerzos, de alta eficiencia y bajo la contraloría social que garanticen una transparente gestión desde el SIUBEN.
Se enfatizó, además, la necesidad de rediseñar la política social, atendiendo a una estrategia de protección que incluyan acciones y programas frente a situaciones especiales y eventos como los que derivan de pandemias u otro tipo de desastres sociales, ambientales o sanitarios.
De igual manera, se expresó que debe prevalecer la solidaridad por encima de la renta, estamos viendo un mundo complicado con grandes turbaciones, que debe volver a la ética, al compromiso, a la solidaridad, al ámbito de la razón y de la inteligencia al servicio del bien, única salida para resolver los problemas en los ámbitos: económico, médico, sanitario, ecológico, humano. Ese será el camino, para la humanidad, en la post pandemia.
En cuanto a las políticas económicas del Estado post pandemia, se estableció que habrá que retomar el relanzamiento de la economía, sobre la base de fortalecer la estructura productiva nacional, instaurar un programa alimentario sostenible, así como promover y asegurar la producción industrial.
No existe duda de que las políticas públicas tendrán que ser planteadas y replanteadas en relación a una serie de medidas que impliquen: Reactivar las medidas de corto plazo, garantizar un sistema de salud de calidad, una educación de calidad, el abastecimiento y evitar la carencia de productos; mejorar la calidad del gasto, fortalecer las Mipymes, el tejido social; apoyar a los municipios y mejorar el abastecimiento de agua. Desde esta perspectiva de análisis se debe buscar y desarrollar la transformación de la realidad, lo cual no parece posible, sin abocarnos a un serio debate sobre estos y otros temas.
Hay que destacar la importancia del Estado, la necesidad de fortalecer la confianza del pueblo en las instituciones públicas, lo cual no puede lograrse en la democracia desde una sola voluntad, hay que trabajar de manera conjunta desde los espacios institucionales. En definitiva, se hace imprescindible la integración y participación de las diversas fuerzas y sectores que conforman la nación dominicana como única vía democrática para mantener la institucionalidad y la fe en el futuro.
Ciudad Universitaria, Distrito Nacional, República Dominicana, a los once (11) dias del mes de mayo del año 2020.