RÍO DE JANEIRO. Las rusas Natalia Ishchenko y Svetlana Romashina habían sido ya las dominadoras del dúo en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y este martes en el centro acuático María Lenk, situado en el Parque Olímpico de Barra, prorrogaron su reinado en la modalidad de parejas de la natación sincronizada.
Con ese objetivo se habían plantado hace algunos días en Río de Janeiro y con un incontestable registro de 194.9910 puntos tomaron impulso hacia la consecución de su segundo título olímpico consecutivo, algo que con anterioridad solo habían logrado sus compatriotas Anastasia Davydova y Anastasia Ermakova. Ellas fueron las vencedoras del dúo en los Juegos de Atenas 2004 y Pekín 2008.
Tras esa cita, reclamaron el testigo Natalia Ishchenko y Svetlana Romashina, dos nadadoras que en la capital china habían pisado el primer cajón del podio. Aquella vez fue con el equipo.
Este martes no desaprovecharon ni uno solo de los tres minutos y 13 segundos que se alargó su programa libre, sabedoras de que con él podrían escribir una página brillante para el deporte ruso: de su mano, la natación sincronizada -en su modalidad de dúo- se ha convertido en la primera disciplina que reporta a la delegación olímpica de Rusia una medalla de oro en cinco Juegos consecutivos.
Desde el año 2000, con Olga Brusnikina y Maria Kiseleva, les pertenece la gloria en el dúo.
Del quinto título, rubricado por Ishchenko y Romashina, empezaron a disfrutar ayer, coincidiendo con la presentación del programa técnico. Si hoy lucieron como sirenas en el María Lenk, bajo una composición musical de Michael Erimpan, en la jornada anterior habían contagiado al graderío con su danza zíngara.
“Nuestra entrenadora (Tatiana Danchenko) estaba feliz. Nos dijo que todos los elementos técnicos nos habían salido bien”, expuso Ishchenko a su paso por la zona mixta el lunes. Si ése era el único ejercicio en el que se atisbaba alguna duda, ésta fue ínfima.
“Nos ponemos más nerviosas cuando nos toca hacer el programa técnico porque cada elemento es evaluado por separado y nuestra concentración debe ser máxima. En ese ejercicio siempre crece el estrés. Aunque el programa libre sea físicamente más duro, la rutina técnica es incluso más dura psicológicamente”, abundó.
La alta puntuación de esa rutina (96.4577, récord para ellas) se vio empequeñecida este martes con la brillante ejecución del ejercicio libre. Hasta los 98.5333 se fue el dúo ruso, el más aplaudido por el público congregado en el recinto olímpico.
El acumulado, de 194.9910, las hizo inalcanzables en una jornada en la que se registraron unas suaves temperaturas de 26 grados centígrados. Bajo un cielo algo nuboso brillaron las dos sirenas rusas, de 26 y 30 años respectivamente.
Svetlana Romashina y Natalia Ishchenko batieron con holgura a las chinas Xuechen Huang y Wenyan Sun (192.3688) y a las japonesas Yukiko Inui y Risako Mitsui (188.0547) para dejar constancia de la hegemonía rusa, también en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
En cuarta posición terminaron las ucranianas Lolita Ananasova y Anna Voloshyna (187.1358). Quintas fueron las españolas Ona Carbonell y Gemma Mengual (186.6357).
El Top-10 quedó completado con las italianas Linda Cerruti y Costanza Ferro; las canadienses Jacqueline Simoneau y Karine Thomas, vigentes campeonas panamericanas; las francesas Laura Auge y Margaux Chretien; las estadounidenses Anita Alvarez y Mariya Koroleva y las griegas Evangelia Papazoglou y Evangelia Platanioti.
Las mexicanas Karem Achach y Nuria Diosdado fueron undécimas y las hermanas austríacas Anna-Maria y Eirini-Marina Alexandri quienes cerraron la clasificación en la final del dúo libre, en la que solo participaron las doce mejores parejas tras la preliminar del dúo libre y la presentación de la rutina técnica.