Un documento recientemente desclasificado por el Gobierno de los Estados Unidos ha abierto una nueva ventana al turbulento pasado político de la República Dominicana.
Un fragmento extraído de un extenso informe del FBI detalla episodios vividos en el seno de la investigación sobre el ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina.
El documento se centra en parte en las entrevistas realizadas por la oficina de campo del FBI en Nueva York a “Ortiz”, un teniente de la marina del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) dominicano, encargado de la investigación de la muerte de Trujillo.
Entre el 6 de abril y el 10 de mayo de 1952, el FBI obtuvo de él un testimonio que se materializó en un informe de 182 páginas, reconstruyendo con detalles el complot y la trama que rodearon el magnicidio.
El informe revela cómo, inmediatamente después del crimen, los conspiradores se reunieron en la residencia del general Juan Tomás Díaz. En una atmósfera cargada de tensión, el doctor Robert Reid Cabral fue llamado para atender a Pedro Livio Cedeño, uno de los implicados, que sufría heridas graves.
Aunque hermano de Donald Reid Cabral, una figura prominente dentro de la conspiración, el doctor Reid Cabral parecía mantenerse al margen de la planificación política.
Pero, la situación dio un giro inesperado. Conforme con el FBI, el general Díaz, buscando asegurar la permanencia en la escena de los hechos, “obligó” al doctor Reid a refugiar en su domicilio a cuatro conspiradores, entre ellos el propio Díaz, Antonio de la Maza, Salvador Estrella y Roberto Pastoriza. La dispersión y el pánico se desataron pocas horas después.
Entonces, siempre basado en el relato del Buró de Federal de Investigación de Estados Unidos, Antonio de la Maza llamó a la esposa del doctor Reid Cabral y pidió a este que saliera de la habitación, para entonces agredir sexualmente a la dama, en presencia de sus compañeros.
Este acto, que causó una fuerte repulsión, incluso entre aquellos que compartían la conspiración, provocó que tanto Pastoriza como Estrella abandonaran el lugar en medio de confrontaciones casi armadas.
Luego, el general Díaz redactó un telegrama dirigido al presidente venezolano, Rómulo Betancourt, donde decía “nosotros que matamos a Trujillo necesitamos urgente de su ayuda para escapar del país”.
Díaz pidió al doctor Reid Cabral que llevara el telegrama a “Wimpy”, uno de los conspiradores clave y de cercanía con el consulado estadounidense, pero este se negó. “Reid no quiso llevar el telegrama, ya que entendía que se había implicado demasiado en la operación y pensaba que el general lo intentaba hacer matar al pedirle que hiciera eso”, anota el documento.
“Al negarse, eso hizo que De la Maza se indignara tanto que golpeó a Reid, lo empujó y apuntó con una pistola a su hijo menor. Reid luego dijo que los conspiradores podían matar a la familia entera si lo deseaban, pero que no entregaría el telegrama a ‘Wimpy’.
Tiempo después, el general Díaz y Antonio de la Maza murieron durante un enfrentamiento a tiros, al resistirse a ser arrestados. Mientras tanto, Pastoriza y Estrella fueron capturados, y confesaron.