Incidente cambia la vida del expresidente de DNCD

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Una confunsión en un establecimiento de comida, cambio la vida del expresidente de la Dirección Nacioanal de Control de Drogas (DNCD),  Félix Alburquerque Comprés, quien hoy se encuentra recluido desde anoche en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva por la muerte del comunicador Manuel Duncan.

De acuerdo con testigos Manuel Duncan estaba compartiendo con un amigo en el pequeño local de Rico Hot Dog, ubicado en la avenida José Núñez de Cáceres y Rómulo Betancourt, este se derramó por accidente un poco de mayonesa y Ketchu en la vestimenta.

Duncan vio a Alburquerque Comprés, riendo y creyó que se estaba burlando de él, razón por la que se paró de su asiento y golpeó en la cara.

Luego de su arresto el vicealmirrante, mediante una entrevista concedida a la periodista Priena Almonte, explicó que la madrugada de ayer asistió a comprar comida rápida en el negocio Rico Hot Dog, ubicado en la avenida Núñez de Cáceres con Rómulo Betancourt.

Alburquerque Comprés manifestó que de repente Duncan lo agredió sin el hacerle nada. Expresó que le dijo: “¿señor, qué le pasa? ¿Por qué usted me agrede?”.

Siguió narrando que uno de los amigos con lo que el comunicador andaba se lo quitó de encima y luego lo agarró para darle tiempo de que Manuel se fuera.

“Ahí perdí la razón”, reconoció y sostuvo que acudiría a entregarse a las autoridades para enfrentar a la justicia.

Caso Febrillet

En el caso de Mateo Aquino Febrillet también fue confuso por que la discusión donde perdió la vida no era con él.

El exrector de la UASD, Mateo Aquino Febrillet, el pasado sostenía una reunión en un restaurante de la capital con varios dirigentes sancristobalenses del Partido Revolucionario Moderno (PRM), entre los que se encontraba Edward Montás, candidato a diputado por San Cristóbal en ese momento.

También estaba presente el otrora presidente de la Federación Dominicana de Transporte Dominicano (Fenatrado), Blas Peralta, quien había fundado su propio partido llamado Partido de la Esperanza Nacional (PEN), el cual no había sido reconocido como tal por la Junta Central Electoral (JCE).

Según testimonios, todo transcurría normal en aquella tarde; pero entre debates políticos y conversaciones estratégicas de la dirigencia, casi todos ignoraban, incluyendo al exrector, que entre Peralta y Montás habían asuntos pendientes que saldar.

De acuerdo a las ventilaciones de los hechos en los tribunales, al concluir la reunión, Peralta se le acercó a Montás para reclamarle por una supuesta amenaza que este le había hecho a un amigo suyo.

Ese acercamiento sería acompañado por señalamientos con el dedo apuntando hacia el rostro por parte del sindicalista, lo que provocaría que Montás reaccionara “empujándolo o abofeteándolo” al punto de Peralta caer y rodar por el suelo.

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Es entonces que Febrillet, al ver la situación, trataría de mediar en el conflicto al llevarse a Montás del lugar para evitar una desgracia en el propio restaurante. Sin embargo, la tragedia apenas empezaba.

uego del altercado, Montás había decidido abandonar el lugar junto al exrector (quien también era candidato a senador por el PRM), su chofer Joel Antonio Soriano Ramírez, la secretaria Rosa Elaine Mañaná Ramírez y el oficial de seguridad Omar Enriquillo Sosa Méndez.

Posteriormente, el vehículo donde se trasladarían, propiedad de Aquino Febrillet, sería perseguido por dos yipetas: una verde oscuro y otra dorada.

Frente a esto, el responsable de la seguridad del exrector, Sosa Méndez, había ordenado al chofer que se dirigiera al edificio donde vivía el entonces presidente de la República, Danilo Medina, presumiendo que en la zona podría haber presencia policial; pero al llegar y no ver personal de seguridad, decidiría seguir hasta el destacamento policial del Mirador Sur.

En el trayecto, serían interceptados por la yipeta verde oscuro en la cual viajaban Blas Peralta, Geraldo Féliz Batista Mena y Franklin Venegas. Detrás de este vehículo y en franca persecución, venía otra yipeta dorada.