El uso de armas químicas en Siria no puede quedar impune

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En el aniversario del terrible ataque químico que se produjo en la ciudad de Khan Shaykhun, el alto representante adjunto para Asuntos de Desarme informó este miércoles al Consejo de Seguridad sobre el proceso de eliminación de este tipo de armamento en el país árabe, y resaltó que tal proceso carece de transparencia y de un mecanismo que investigue a los responsables.

Las Naciones Unidas verificaron la destrucción de 25 de las 27 instalaciones de armas químicas declaradas por el Gobierno sirio. Se espera que se completen las dos restantes en dos o tres meses.

Sin embargo, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) sigue sin poder certificar la exactitud de la declaración presentada por Siria acerca del número de instalaciones en su territorio, informó Thomas Markram al Consejo de Seguridad.

“El Secretario General ha instado reiteradamente a la cooperación. Resolver estas cuestiones permitirán que la comunidad internacional confíe en la declaración de Siria””, dijo.

Por otra parte, Markram aseguró que una misión de investigación de la OPAQ continúa en Damasco y que en la actualidad un equipo se encuentra indagando las denuncias del Gobierno sirio sobre el uso de armas químicas por parte de los grupos rebeldes. “El próximo informe se presentará cuando se considere que se tiene suficiente información para sacar una conclusión”, explicó.

“Esa misión no implica atribución de responsabilidades en aquellos casos en los que se conoce el uso de armas químicas”, recordó el alto representante adjunto.

Markam se refería a los dos ataques que investigó un Mecanismo conjunto de la ONU y la OPAQ en Khan Shaykhun en 2017 y Umm Hawsh en 2016. El panel estableció que tanto el Gobierno de Siria como el grupo terrorista ISIS usaron armamento químico. El mandato del Mecanismo finalizó en noviembre, después de que Rusia vetó una resolución del Consejo de Seguridad para extenderlo.

“Las persistentes denuncias del uso de armas químicas en Siria subrayan la necesidad de identificar soluciones y llegar a un acuerdo sobre un mecanismo apropiado de rendición de cuentas. El Secretario General y el alto representante de Asuntos de Desarme han subrayado repetidamente la necesidad de este mecanismo para evitar la impunidad y garantizar que los responsables son identificados y juzgados”, dijo Markram.

La situación humanitaria en el país
La situación continúa siendo preocupante, especialmente para los miles de civiles que se trasladan desde Guta Oriental hacia sus lugares de origen y los que permanecen en la zona asediada.

Desde marzo, se estima que 133.000 hombres, mujeres y niños han abandonado la localidad. Algunos lo han hecho a través corredores que conducen a emplazamientos para desplazados internos en la gobernación de Damasco Rural y otros mediante acuerdos de evacuación hacia Idlib y Alepo.

Actualmente, cerca de 44.000 personas siguen en los ocho emplazamientos de Damasco Rural, en comparación con el máximo de 83.000 que se había alcanzado. Sin embargo, las cifras superan el aforo de los refugios.

Las Naciones Unidas y sus socios se enfrentan a serios problemas de financiación para poder proveer asistencia y servicios de protección. Mientras se proporciona asistencia a la población de las zonas de reciente acceso, no ha sido posible entrar en la asediada ciudad de Duma desde el 15 de marzo.

La seguridad y protección de los civiles en Afrin sigue siendo alarmante y la Organización ha documentado restricciones de movimiento. Según informes, el retorno gradual de desplazados internos continúa. Se calcula que 137.000 personas se han desplazado al distrito de Tal Refaat y aldeas circundantes debido a las hostilidades recientes.