EDITORIAL
El discurso de odio puede ser definido y considerado, como cualquier tipo de comunicación, sea oral o escrita, discursos políticos interesados, con tendencia discriminatoria, peyorativa, difamatoria, injuriosa, contra una persona o una institución o un partido o agrupación política.
Entra en este ámbito del lenguaje de odio, la unidad y conjuntos de personas dedicadas a crear contenidos injuriosos y difamatorios por las redes sociales, tendente a dañar la imagen o reputación de una persona, de un partido político o de una institución cualquiera o para dejar asentada una farsa, que se quiere imponer como verdad y cuyo objeto consiste, en un interés muy marcado y particular de conseguir un fin específico, inflando y sacando de contextos las informaciones y las imágenes, contando para ellos con controles máster, computadores, teléfonos inteligentes, dispositivos 5g, destreza de arte y diagramación y un centro de acopio dedicado a tales fines.
Su mayor fin específico, consiste en llegar al poder político, o mantenerse en una posición económica determinada.
Esos cibercriminales que elaboran memes, fotos, videos, alucinaciones, minimensajes, noticias falseadas, Fanpers de Facebook, Instagram, WhatsApp y otras redes sociales.
Ellos no tienen límites, no conocen la jerarquía, el respeto, la moral, porque son criminales netos de mentes macabras y cauterizadas, dirigidos todos desde una parcela de un partido político desacreditado, que intenta de manera desesperada llegar el poder y para ellos ha reunido y congregado, un grupo de criminales de moral e imagen que son capaces de cualquier cosa, sin ningún límite o razonamiento.
El propio partido político que gobierna en la República Dominicana ha denunciado ser víctima y sentirse perseguidos, amenazados, injuriados, difamados y atrincherados, con todo y gobierno, por esos criminales cibernéticos, que pudieran contar para su accionar con apoyo en algunos tribunales ordinarios, algunos miembros de altas cortes y del Ministerio Público, que incluso, aun viendo la denuncia del gobierno no se han pronunciado, ni dado una opinión jurídica institucional.
Lo que sucede en la actualidad, es muy serio, peligroso y grave, esto así, porque la Ley 53-07, sobre crímenes y delitos de alta tecnología, es de orden público, pero hoy en día cuando las víctimas se presentan a denunciar o querellarse, nunca se conocen sus querellas o denuncias y algunos hasta se han quitado la vida, por falta de acompañamiento y atención del Ministerio Público, que mira de lejos y duerme el sueño eterno en complicidad con los criminales.
La parcela política de donde provienen todos los cibercriminales, ya es reconocida por todos en la República Dominicana, todos conocen su color peculiar de olor a hojas sucia y asquerosa, su doble moral, su arrastre de corrupción notoria y pública, su atrevimiento, su osadía, su nivel de lesividad contra la fama y el honor y su grado de influencia sobre la justicia dominicana y el Ministerio Público, porque ellos lo hacen a la clara, a la brava, como si vivieran en el viejo oeste o en la selva, pues son ellos que a la fuerza, a la brava, quieren tumbar gobierno, destruir fama, honra, moral, hacer fraude, involucrar en querellas y denuncias, a personas sin ninguna tacha, pero con el objeto de obligarlos a pensar o actuar como ellos quieran.
Diariodespertar.com, entiende que de oficio la Procuraduría General de la República debe actuar contra la mafia de cibercriminales, porque el daño que han infligido ya es más que suficiente, aunque este diario ha recibido información de una fuente de entero crédito de que un grupo esta bajo investigación, se debe acelerar y arreciar la lucha contra este discurso de odio y llevar tras las rejas a ese grupo de personas dedicada cada día a la difamación, injurias, chantajes, extorsión, amenazas, publicaciones indebidas y daño la honra, antes de que sea demasiado tarde, ya que todos desconfían del sistema de justicia y se sienten muy inseguros.