Denuncian Policías tienen a los jóvenes en azote con apresamientos  ilegales y maltratos

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Santo Domingo. Decenas de denuncias han llegado a este medio de comunicación que dan cuenta de que ya los jóvenes no encuentran que hacer del pánico, a consecuencia del maltrato que le provocan algunos miembros de la Policía Nacional de manera a abusiva y sin derecho.

Se trata de una verdadera epidemia de maltrato, galletas, pescozones, apresamientos ilegales despojo de motores y vehículos con sus documentos al día, las acciones patrocinadas por miembros de la Policía Nacional y de la Dirección General de Tránsito y de Transporte Terrestre (DIGESETT).

Se le prohíbe la llamada a sus familiares como ordena la ley y cuando las víctimas la exigen, le propinan una galleta y le fabrican un expediente, todo esto acontece en ausencia de la supervisión de los miembros del Ministerio Público, que son los que deben poner en orden la política criminal y que en muchas ocasiones se confabulan con los policías que se dedican a esta práctica malvada y violadora de los derechos humanos.

Las mayores denuncias provienen de la provincia de Santo Domingo, del destacamento de Sabana Perdida y del destacamento de los Guaricanos, allí con los policías Jiménez y Cuevas, según los han identificado las víctimas.

De estos maltratos no se han liberado los pastores ni sacerdotes de iglesias, los cuales también denuncian ser  víctimas, pero la víctima más reciente aún está frustrado y con problemas de sueño y perdida de apetito, al ser  apresado de manera ilegal y prácticamente robarle su  motor con documentos legales cuando iba para su trabajo y cuando pidió una llamada le arrancaron una cadena del cuello y le dijeron que ahí no se permite llamada, hasta que la familia buscando como loca lo encontró al otro día.

Miembros de la DIGESTT, salen a la calles con el único objeto de poner multas a mansalva en pintura de Santo Domingo o

Oeste,  a veces según denuncia se juntan hasta 10 para mandar a pasar el semáforo en rojo y luego cuando pasan le ponen multa como si fuera una falta, lo que constituye un robo público y un abuso de poder sin precedente en la República Dominicana. 

Tanto los policías que actúan de ese modo como los miembros del Ministerio público que los permiten deben ser suspendidos de inmediato, pues la policía no tiene derecho a tratar los jóvenes y los hombres como a muchachos dando galleta y sembrando el pánico social a los que actúan bien y si esa es la línea que tendrá el nuevo director desde ya se ve que enfrentará grandes problemas, pues ni el director de la policía ni el director de la DIGESTT, ni el presidente de la República lograrán sembrar el pánico colectivo en un Estado de derecho, dónde a como de lugar se recuperan los derechos robados y perdidos.