En una entrevista con Efe en vísperas del estreno en todo el mundo de «Spectre» -solo se adelantó su llegada a los cines en Reino Unido y otros seis países europeos-, su cuarto Bond y el segundo dirigido por Sam Mendes, el actor no se muestra tajante sobre si abandonará el personaje o lo volverá a retomar.
Solo asegura que después de un largo y agotador rodaje, en el que ha recorrido cinco países, quiere tomarse «un descanso» y prepararse para una obra de teatro en la que participará el próximo año en Nueva York, ciudad donde vive con su mujer, Rachel Weisz.
Un proyecto más tranquilo que este nuevo Bond, que ha supuesto de nuevo un gran reto para él y en cuyo rodaje incluso sufrió dos lesiones. Una de ellas le obligó a someterse a una intervención en la rodilla que retrasó ligeramente el proyecto cuando estaba en su fase de rodaje en México, en abril de este año.
Unos meses antes sufrió un golpe en la cabeza cuando el Aston Martin que conducía topó con un bache en una persecución en Roma, una de las escenas más espectaculares del filme. «Ser Bond puede ser peligroso», bromeó el intérprete.
Tanto que, pese a sus años de experiencia como 007, asegura sentir «emoción» cuando rueda las escenas de acción e incluso se pone «nervioso», porque no quiere «parecer tonto delante de la cámara».
Pese a todo, se muestra encantado de su segunda experiencia a las órdenes de Mendes, tras «Skyfall». «Lo que me gusta de trabajar con Mendes es que te da libertad para incorporar nuevos elementos (…) Nos da libertad para improvisar, si algo funciona la cámara sigue grabando».
Y el resultado ha recibido hasta ahora buenas críticas, algo que «alivia» al actor, que siempre siente presión ante la recepción de cada película de James Bond, aunque considera que lo importante es que a los espectadores les guste.
«Ahora que hemos terminado y la gente está a punto de verla estoy relajado, además he tenido algo de tiempo para estar con mi familia», agregó.
En «Spectre», Craig recibe un críptico mensaje del pasado que le llevará a una peligrosa misión en la que descubre la existencia de una organización que amenaza con romper la paz mundial.
En este filme, el famoso espía ha visitado Marruecos, Austria, México, Londres y, por primera vez, Roma, donde Bond conoce a Lucia Sciarra, interpretada por Monica Bellucci, la viuda de un mafioso italiano. «Es la primera vez que Bond se siente atraído por una mujer madura», dijo Bellucci a Efe.
La actriz, que prefiere la etiqueta de «mujer Bond» más que de «chica Bond», explicó que se sintió «sorprendida» al recibir la llamada de Sam Mendes, el director del filme.
«Lo primero que le pregunté fue qué iba a hacer en esta película con cincuenta años», confesó.
«Spectre» ha centrado el foco de atención en las protagonistas femeninas, que se llevan veinte años de diferencia, ya que Bellucci comparte el papel más destacado con la francesa Léa Seydoux, de treinta.
Seydoux, que interpreta a Madeleine Swann, es una psiquiatra que trabaja en una clínica de los Alpes austríacos, además de ser la hija de Mr. White, un viejo enemigo del agente secreto.
«Mi personaje no necesita a James Bond, de hecho él la necesita más a ella», afirmó Seydoux a Efe, en alusión a que su imagen es la de una mujer fuerte e independiente.
Tras un largo proceso de audiciones y entrevistas, la actriz fue seleccionada para tomar el relevo a otras bellezas como Ursula Andress y Halle Berry, algo que «nunca» pensó «que pasaría».
«No me lo esperaba para nada, había muchas chicas en las pruebas y nunca pensé que me seleccionarían a mi, pero al final ¡funcionó!», manifestó la actriz entre risas.
Por su parte, Sam Mendes dijo que tenía claro que dirección quería que tomase «Spectre».
«Intentamos encontrar un equilibrio entre el Bond clásico y el contemporáneo, para que el personaje pudiera continuar su viaje emocional», aseguró el director a Efe.
Tras el éxito de «Skyfall», calificada como una de las mejores películas de la saga, Mendes se enfrentó al reto de «incluir todo lo que la gente espera en una película de Bond y además darle una nueva dirección», para lo que contó con un villano de categoría, interpretado por el austríaco Christoph Waltz.
Veinticuatro filmes llenos de acción, ocho elegantes James Bond, un centenar de mujeres espectaculares y otros tantos enemigos no han conseguido acabar con la pasión que esta mítica historia sigue despertando en los seguidores del espía, al que dio vida el escritor Ian Fleming en 1952.