Por: Osiris Disla Ynoa, PhD
Abogado dominicano, escritor, especialista en Derecho Penal, Procesal Penal, Penal Especial, Metodología de la investigación, Ciencias Teológicas y de la Religión, Redacción e interpretación de Textos Jurídicos, Bíblicos, y Costumbre Judía. Doctor en Administración, Hacienda y Justicia en el Estado Social, Salamanca España. Articulo dirigido a los Espacios Educativos de República Dominicana, El Salvador, Chile, Estados Unidos, Perú, Panamá, Argentina, Paraguay, España y Uruguay.
1.1 La Lealtad.
Se considera Leal a toda persona que está revestido de cierta honestidad y ética personal, de donde nace la obligación de ser respetuoso de los compromisos económicos, sentimentales y sociales asumidos, pero sobre todo de los lazos afectivos, sean de sangre o de vinculación amistosa dilatada.
La lealtad obliga al deudor de la misma a mostrar apoyo de manera permanente y constante todas aquellas personas e instituciones para las cuales su cooperación resulte necesaria y efectiva, con tiempo de calidad y no fingido ni simulado.
Es pues la lealtad un camino que tiene construida una avenida doble vía, donde cada ser obligado está el deber de cumplir con sus compromisos morales.
Cuando se muestra lealtad recíproca, se manifiesta lo interior del hombre, su imagen, su semejanza con Dios, su mundo interior, sus emociones, su arraigo familiar, vínculos de amigos, allegados, o con los temas acordados para su cumplimiento.
1.2. Un Ser Humano Desleal.
Ser desleal es manifestar un conjunto de sentimientos y acciones que inician de manera asintomática, pero luego y pasado el tiempo, presentan síntomas visibles, tales como, egoísmo, falta de sinceridad, sectarismo e incumplimiento de la palabra empeñada, maniobras fraudulentas para torcer la razón de la verdad o la voluntad exterior de cómo deben ser las cosas, con derribamiento a la simulación continua de bondad, afectos, cercanía, a sabiendas de que no se es bondadoso ni leal, pero sobre todo consciente de que se simula, e inconsciente de no querer reconocer la verdad de su realidad, la cual todo ven, pero el desleal la niega.
1.3 Característica del ser humano desleal.
En ocasiones el desleal se muestra silencioso, pasivo, sigiloso, cooperativo, sociable y dadivoso, pero es todo lo contrario, pues solo busca oportunidades para su beneficio personal, familiar y la de sus pocos allegados muy personales cuyas características son similares.
Todo desleal es infiel a sus palabras, compromisos y sentimientos, traicionero, engañoso, indiscreto y manifiesta un cuadro de recepción excesiva para los proyectos ajenos, pero en realidad solo espera la oportunidad para troncarlos, desbaratarlo y destruir los ideales ajenos de todos aquellos a los cuales consideren sus oponentes, sean hermanos, amigos, socios, familia o compañero de trabajo.
1.4 Tipos de Desleales
Hay desleales de vestimentas impecables y de alto rango, de pelo finos y malos, de rostro angelicales y horrendos, maestros, maestras, intelectuales, rico, de posición económica holgada y de alto rango, pero también están los cínicos, andrajosos y pordioseros, que por una pieza de pan, una comida, un pasaje, o una botella de agua para saciar su sed insaciables de críticas abusivas, husmean por mandato a diario en círculos ajenos y cerrados, para conseguir algún insumo de cuentos, para dañar y para sentirse importante.
En ocasiones el desleal, actúa de manera pacífica y con pasos muy finos, calculados y sigilosos, vigila todo lo que esta su entorno, para ver a que de todo le puede sacar provecho, pues casi siempre la conducta desleal se desarrolla por ambición personal y familiar de tener en abundancia y de manera excesiva, se ser importante, de llamar la atención y ocupar los primero plano del entorno, pero solo para satisfacción propia y de su familia, sin impórtale los cometarios y la visión de los demás de la sociedad que observan ese comportamiento.
1.5 alianza por pacto de sangre.
Los desleales procuran siempre agenciarse la lealtad de muchos y exigen pruebas para ellos, como si fuera un pacto de sangre, sin embargo la novela ¨Pacto de Sangre¨ de periodista estadounidense, james M Caín, publicada en el año 1943, refleja una historia de un agente de seguro desleal, que hace alianza momentánea y poca sincera con la esposa de un cliente, pero con el objeto de matar a su marido y entre ambos cobrar los pagos del seguro.
1.6 José Feché el desleal
José Feché nacido el día 1 de mayo del año 1759 en el apartado de pellerin, Francia, era considerado como todo un todopoderoso Dios menor, un traidor nato, un reptil en estado de puro, intrigante amoral, según lo plateado por el articulo ¨alma corazón y vida, del periódicos digital El confidencial, publicado en fecha 5 de junio del año 2016¨, pero se ha dicho José Feché, que era como la viva imagen del viento del terror imperceptible, pero presente a la vez en cada lugar, con apariencia y gestos retorcidos, como si el propio demonio vivía en sus deslealtades, en una Francia convulsa y un pueblo alzado en armas contra el régimen viejo, pero el 25 de diciembre del 1820, en Trieste Italia, fallece su vida, su acciones y sus deslealtades, luego de haber participado el día 18 de noviembre del 1799 en un golpe de Estado.
1.7 Final de la deslealtad.
De toda manera nada dura para siempre, pues afortunadamente todo término para José Feché, y para los desleales dominicanos has de terminar, y ojala no sean aislados, apartados en tiempo y espacio, hasta más no poder, por ello se aconseja que sea leal con tus amigos, tu familia y tus ideales y con el propio Dios, no finja aprecio y amor no sentido y no se desleal, porque más temprano que tarde alguien que te está vigilando se dará cuenta y caerá de la sima con gran dolor y angustia sin encontrar reparación o salida a tu mal.