SANTO DOMINGO. Anthony Ríos, quién lo duda, es un gran artista.
La mayoría de los cantantes, cuando va pasando el tiempo pierden algunas facultades en su voz. Anthony también. El problema está en la respiración. Y es algo que se puede solucionar cuando esté bien del todo de su situación.
Anthony volvió del lado de allá, y ha rebajado 80 y tantas libras y aún está a medio camino: tiene que rebajar 80 y tantas más. A pocas semanas de someterse a una cirugía a corazón abierto, hizo la noche de este miércoles especialísima. Su raigal dominicanidad (algo que no tiene que demostrar) la puso de manifiesto cuando sacó una bandera dominicana y se abrazó a ella; entonces cantó “Quisqueya”, el tema del boricua de Rafael Hernández, y le puso un resorte a Rafa Rosario, quien saltó del público y le acompañó.
“Yo”, “La mancha”, “Comprender más”, “Una noche no es bastante”, “Como ayer”, “Viejo amigo”, “No te resisto”, “Será muy fácil” y “Poquita fe”, formaron parte del concierto. También las bachatas “Luna” y “Sálvame”, en homenaje a José Manuel Calderón, “Celos sin motivo” y “Rostro mío”, recordando al Jibarito de Lares, “Bolsillo izquierdo” y “Jaula de oro” de su autoría. Todo terminó con “Fatalidad” y de ñapa única “La Z”.
Al concluir, anunció que vuelve el 16 de diciembre al mismo lugar. Ojalá que para entonces haya bajado cuantas libras más.
