CUMBRES MAYORES, ESPAÑA. (EFE).- Miley Cyrus, Lady Gaga o Rihanna son algunas de las estrellas internacionales que se visten con trajes elaborados por once monjas de clausura de un convento del sur de España, llegadas de una comunidad peruana.
El convento está en Cumbres Mayores, un pequeño municipio de la provincia andaluza de Huelva, y ahí viven religiosas de las Madres Carmelitas Descalzas, pertenecientes a la comunidad de San Jerónimo, del Valle del Chumbao, en Andahuaylas (Perú), que ya lleva varios años enviando monjas a diversos monasterios españoles.
Además de dulces, las monjas hacen trabajos para la firma española María Ke Fisherman, creada por María Lemus y Víctor Alonso. Esa colaboración ha hecho, involuntariamente, famosas a las once religiosas que viven en el convento de Cumbres Mayores, donde son, aunque pertenecen a una orden de clausura, una parte más de la vida diaria de sus 2.000 vecinos.
Ajenas al revuelo organizado en torno a ellas, las monjas continúan con su vida lejos de todo, dentro de los muros del convento, como explica a Efe el párroco de la localidad, Antonio Lucena, que destaca la importancia de que la firma “venda en Estados Unidos y Tokio”, llevando sus creaciones desde Cumbres Mayores a todo el mundo.
Las monjas trabajan el croché y el punto, haciendo trajes por partes o enteros, y su relación con la firma de moda se inició porque María Lemus tiene familia en el pueblo, escuchó hablar de las monjas y vio que era una forma de colaborar con ellas y ayudarles en sus labores de caridad.
Con esta premisa, se inició un trabajo que, curiosamente, para las monjas no tiene repercusión mediática alguna, porque en el convento no tienen ni radio ni televisión, y la relación que tienen con los vecinos fuera de sus muros es cuando ellos acuden a comprar los dulces que elaboran para vender y sufragar sus gastos diarios.
Eso sí, el párroco ironiza con que las monjas se han hecho famosas con fotos como la de un traje de ganchillo lucido en un concierto por Miley Cirus, “precisamente un traje en el que ellas no han participado”.
Las monjas tejen estas prendas con cinta técnica en lugar de con hilo, lo que permite que la ropa sea moldeada de muchas formas y que tenga una mayor versatilidad que el ganchillo tradicional.
Como recoge la revista digital de moda Trendencias, “a María Lemus le rechifla la técnica del ganchillo, así que, cuando se enteró de que en este convento de Huelva las monjitas tejían como los ángeles, fue a visitarlas llevándoles un hilo técnico o inteligente que hace que las prendas se amolden mejor al cuerpo, sujetándose, sin caerse ni darse de sí”.
“Estas prendas, hechas a mano, son las más cotizadas en el extranjero y llevan estampados tridimensionales, cortes y cremalleras, con precios que oscilan entre los 400 y los 1.200 euros (entre unos 448 y 1.300 dólares), ya que tardan un par de semanas en estar listas”, señala el digital.
Este trabajo es otro episodio de la curiosa historia de estas monjas y su convento, que fue inaugurado el 2 de febrero de 2014, y los 600.000 euros (672.000 dólares) que costó fueron sufragados mediante aportaciones de los vecinos de Cumbres Mayores para acoger a las religiosas procedentes de una congregación peruana.
Así, se pudo levantar un convento de 1.500 metros cuadrados, abierto con el nombre de Monasterio de la Divina Misericordia y San José, mediante la acción de la Asociación Pública de Fieles, con sede en la parroquia de San Miguel Arcángel de Cumbres Mayores.