El Papa y Moise destacaron la voluntad común de “reforzar la colaboración para enfrentar diversos problemas sociales, en particular con respecto a los jóvenes, los pobres y los más vulnerables”, señaló un comunicado del Vaticano.
El papa y el presidente haitiano hablaron también de “cuestiones de interés nacional e internacional, focalizándose en el problema persistente de la emigración”.
Un 60% de la población de Haití vive con menos de dos dólares por día, lo que provoca una fuerte ola migratoria hacia otros países del Caribe e incluso a Chile o Brasil.
Durante las cordiales conversaciones se ha expresado la complacencia por las buenas relaciones existentes entre la Santa Sede y Haití. Y se ha subrayado además el deseo común de reforzar la colaboración para afrontar diversas problemáticas sociales, especialmente las que afectan a la juventud, a los pobres y a los más vulnerables, evidenciando la significativa aportación que la Iglesia ofrece al País en los sectores de la educación, la sanidad y la caridad.
En el curso de las conversaciones se ha hecho referencia a algunas cuestiones de interés nacional y regional, deteniéndose especialmente en el persistente problema de la emigración y en la importancia del diálogo para favorecer la cohesión social y el bien común”.