Jefe de la Cámara baja de Brasil estará “orgulloso” si Rousseff es destituida

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BRASILIA. El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, separado del cargo por la Corte Suprema, dijo hoy que se sentirá “orgulloso” si el proceso contra la mandataria suspendida Dilma Rousseff, acaba con su destitución definitiva.

“No soy héroe ni villano del proceso” contra Rousseff, declaró Cunha en una rueda de prensa en la que añadió que “la destitución de la presidenta será una marca” de la que sentirá “orgullo”.

Cunha, quien fue suspendido de sus funciones como diputado por la Corte Suprema debido a un proceso abierto en su contra por supuesta corrupción, insistió en vincular ese caso con su decisión de aceptar a trámite el juicio político al que responde Rousseff.

“Estoy pagando un precio por esa decisión”, declaró Cunha, quien afirmó que no renunciará a su escaño y que no delatará “a nadie” por supuestas corruptelas, porque no tiene conocimiento de hechos de esa naturaleza.

En su condición de presidente de la Cámara de Diputados, cargo al que la Constitución le reserva la potestad de iniciar un juicio a un mandatario, Cunha aceptó en diciembre pasado las acusaciones que dieron base al proceso contra Rousseff.

En su primera rueda de prensa desde que la Corte Suprema decidió suspenderlo del ejercicio de sus funciones de diputados, Cunha dijo hoy que tiene “la conciencia tranquila” sobre su decisión contra Rousseff, que volvió a justificar en maniobras fiscales irregulares en las que supuestamente incurrió el Gobierno.

Sobre su propia situación jurídica, reiteró que rechaza “cada una” de las acusaciones de alegada corrupción en su contra y aseguró que eso será “plenamente demostrado” ante la Corte Suprema.

También reiteró que en un proceso interno abierto en la Cámara de Diputados, que puede acabar con la pérdida definitiva de su escaño, se le ha “cercenado el derecho a la defensa” y que volverá a apelar contra el trámite, pues lo considera “injusto”.

En ese proceso, Cunha está acusado de mentir a una comisión de la Cámara baja, ante la que declaró que no poseía ninguna cuenta oculta en bancos del exterior.

Esa afirmación fue luego desmentida por la Justicia de Suiza, que detectó dinero de Cunha en bancos de ese país, pero según insistió hoy el diputado no se trata de cuentas corrientes, sino de depósitos en fondos de fideicomiso.

Mientras Cunha declaraba en la rueda de prensa, un pequeño grupo de simpatizantes de Rousseff denunció la supuesta “ilegalidad” del proceso contra la mandataria y pidió “cárcel” para el diputado.

Asimismo, exigieron la vuelta de Rousseff y tildaron de “bandido” al presidente interino, Michel Temer, quien desde el pasado 12 de mayo la sustituye en la Presidencia.

Si el proceso que se desarrolla en el Senado concluye con la destitución de Rousseff, Temer completará el mandato que vence el 1 de enero de 2019, pero si resultara absuelta, la presidenta retomaría el poder de inmediato.