Por: Dr. Omar G. Guillermo H. Director de la Revista Ávila en Salud
Entre los síntomas que pueden estar presentes en un cáncer de mama debemos señalar que no todos son exclusivos. Del mismo modo, aunque existen síntomas que son poco frecuentes en un cáncer, no podemos decir que son excluyentes, ejemplo de esto es el dolor.
Por tanto, no podemos decir que el dolor es algo particularmente exclusivo o excluyente del cáncer, ya que pueden existir casos de cáncer con o sin dolor.
Específicamente en la mama, el dolor mamario se clasifica en dos tipos: Mastodinia y Mastalgia, que alguna vez se han empleado estos términos sin distinción para referirse al dolor de mamas, pero esto debería evitarse porque puede crear confusión y está claro que no es igual un dolor al otro.
La Mastodinia que es el dolor cíclico, que puede estar vinculado al ciclo menstrual, que guarda relación con algún comportamiento hormonal o glandular, y la Mastalgia que es el dolor que no encaja en la descripción anterior, que también se le llama dolor independiente, cuyas causas pueden ser multifactoriales como puede ser las cotillas, pulmón, musculo, nervio, cartílago, traumatismo, lesión directa, etc.
El dolor de mama por lo general no es un síntoma de cáncer de mama, pero es correcto siempre comunicárselo a su médico.
Algunas mujeres que presentan dolor en las mamas lo primero que piensan es en el Cáncer de mama. Nosotros podemos decir que el dolor mamario no es un síntoma común de cáncer.
Nos vemos motivados a repetir que no hay síntomas o signos exclusivos que nos puedan decir en casa que tenemos un cáncer, o como diríamos en materia científica “patognomónico” término utilizado por los médicos para calificar los signos clínicos o síntomas que, si están presentes, aseguran que el paciente padece dicho diagnóstico.
Los signos y los síntomas que son más comunes o más llamativos a los que sí debemos estar más pendientes son:
1. Bultos en las mamas.
2. Engrosamiento de la mama.
3. Cualquier cambio en el tamaño o la forma de la mama.
4. Secreción del pezón que se produce de forma repentina, contiene sangre o se produce sólo en una mama.
5. Pezón invertido.
6. Lesión cutánea tipo ulceración, o una llaga persistente en el pezón.
7. Irritación de la piel o cambios en esta, como rugosidades, hoyuelos, escamosidad o pliegues nuevos.
8. Mamas enrojecidas, hinchadas y tibias al tacto, con o sin una erupción cutánea que asemeja a la piel de una naranja.
Artículo publicado por Revista Española Ávila en Salud, en colaboración con Diario Despertar. Puede acceder a la revista en www.emstore.es