Expulsión de Guido Gómez Mazara del PRD

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Esta semana se supo que el¨ Supuesto Consejo Nacional de Disciplina del fallecido Partido Revolucionario Dominicano (PRD)¨ decidió el viernes la expulsión como militante de Guido Gómez Mazara,  por supuesta violación a los artículos 15 y 53, del estatuto, lo que a decir de ellos, es sancionado con la expulsión, además alegan que los supuestos hechos puestos a cargo de Guido, a parte de que violan los estatutos, pues también violan el reglamento de ética de esa organización política”. Ese consejo de expulsión estaba encabezado por Rafael Vásquez Paulino (Fiquito), quienes conocieron el viernes 24 de febrero del 2017, una sesión de varias horas en la que dice haber escuchado los alegatos de los abogados del juzgado Guido Gómez Mazara, que luego culminó con la expulsión. También en esa novela trabajó el señor Giovanni Tejeda, fiscal nacional del muerto PRD.

A la verdad que en este país se ven cosa rara, pues si los hechos atribuidos a Guido Gómez Mazara, se castigan con la expulsión ¿Cómo se castigan lo de Miguel Vargas Maldonado?, por alta traición a la patria, al destrozar y asesinar un Partido Político, que aunque no era nada bueno, por lo menos servía para el contra peso político, al destructor PLD, alimaña del demonio surgida del fondo del infierno.

Ese Miguel Vargas Maldonado se quedó sólo con las siglas PRD, pues cayó al estado más bajo que partido alguno pueda caer en tan poco tiempo, por el gran odio que creó en la sociedad, la fusión política y las expulsiones ilegales que violentan derechos fundamentales de los militantes políticos. Todo esto aconteció ante los ciegos ojos de un supuesto Tribunal Superior Electoral que ya está delirando la fiebre de la enfermedad que le ha caído a sus miembros, por tan sólo saber que se van, y sus acciones pueden ser investigadas en el futuro y que de superior sólo tienen el salario de los miembros y la mala fama de su parcialidad.

Como ya el canciller y supuesto diplomático del PLD, Miguel Vargas Maldonado, sabe lo que le pasó en la JCE, a la cual no pudieron avasallar, recibiendo el cuarto lugar que le correspondería en la boleta electoral, y a la verdad eso es mucho, porque debieron borrarlo de la boleta y no lo hicieron y eso es muy lamentable, ahora está adelantándose, pues seguro sus cómplices del PLD le informaron que ya la convocatoria del Consejo de la Magistratura no soporta más tiempo y sus parciales miembros del TSE, se van al zafacón asqueroso de la historia, como el ex presidente de la JCE, Roberto Rosario Márquez, entonces se está adelantando y expulsó a Guido Gómez Mazara, con el objeto de que el TSE, homologue su acción perversa, y es una actuación preventiva ante de que pongan un TSE serio y de verdad, ¨pues ya la pava no pone donde ponía¨

¿Cómo un país tiene un canciller que expulsa la gente sin usar la diplomacia? ¡Oh destino tan ingrato, ¿quién nos librará de esta hoya de serpiente venenosas?.  A quien lo expulsen del cementerio del PRD, en vez de hacer resistencia debiera hacer fiesta, pues lo único que perderá por el momento, es ser empleado de Portuaria, IDECOPP, Cancillería y los otros puesto de venta que entregó el PLD, por la negociación de joder el país,  que se encuentra abrumado por el fraude electoral más sucio y asqueroso de todos los tiempos, ocurrido en la elecciones pasada.

Diariodespertar.com, entiende que la decisión de expulsar a Guido Gómez Mazara del cementerio del PRD, hay que notificársela a los Estados del Continente Americano, y a la Internacional Socialista, para que cuando tengan algún problema interno en su nación, busquen la mediación del canciller dominicano y del PLD Miguel Vargas Maldonado y al TSE, pues son especialista en amarres políticos, expulsiones ilegales y ratificaciones de decisiones en perjuicio de los accionantes, pudiendo exhibir esos dotes, con experiencia y eficacia incuestionable, como canciller de un país que está a su merced para la ilegalidad y el irrespeto, que más temprano que tarde ha de producir consecuencia muy grave, que luego lamentarán sus autores y cómplices.